HABITUACIÓN A LA VIOLENCIA

Por Fernando Arrieta L.
No es nuevo para nosotros que en un grado ascendente la violencia ha ido abarcando más áreas de nuestra vida cotidiana. La violencia de género y la inseguridad han sido temas centrales en la vida del ser humano comúnmente, y vivir en México e incluso ser ciudadano mexicano desafortunadamente determina coexistir con esta realidad.

 

Pero hoy en día la influencia de la violencia, la vivencia y los alcances de la misma han llegado a ser algo generalizado y si bien los tintes aun no llegan a la normalidad estadística, lo común de los incidentes lo convierte en un problema social.

 

Son muchos los aspectos que aquí influyen además de las costumbres arraigadas, entre ellos los medios de comunicación. El internet es una puerta abierta a la información a través de la cual se vislumbran desde crímenes atroces y deleznables, hasta posturas políticas socialmente aceptadas que no por eso dejan de ser violentas. Y es curioso que sea justo este medio, el que gracias a la libre expresión permita deliberar y dar paso a las ideas, a las opiniones que por contrarias, en ocasiones suelen terminar siendo contradictorias. El odio con que se rechaza el odio. Pareciera ser un eslabón perdido en la cadena de incidencias de una especie que se ataca y se agrede a sí misma.

Por otro lado tenemos los noticieros, los periódicos de nota roja, los programas radiofónicos que mutilan la verdad más que informar, que aportan elementos y no argumentos, que intentan armar una escena del crimen digna de algún programa de TV. No se trata de que se oculte la información. Pero en ocasiones es innecesario ver la decapitación de un ciudadano extranjero para entender que aquel otro ciudadano oriundo, quien sujeta el arma, ha intentado defenderse de la manera más precaria y primitiva pero posible. Con violencia.

 

¿Y si uno apaga la Televisión, o no da clic en el link que “presume” el video aquel? Entonces se resuelve el conflicto. Falso. Porque la violencia se ha arraigado en nuestra vida como una plaga se abraza a un sembradío. En el transporte público al ir a la escuela o el trabajo, a través del bullying o el abuso laboral, con las miradas de crítica por nuestra apariencia, vestimenta, estilo de vida o preferencias sexuales, religiosas o políticas. Con las llamadas para presionar pagos de deudas bancarias, con las llamadas de extorsión. La violencia que sufren las mujeres y hombres con sus parejas, amigos, con quien les renta o les presta, con sus jefes, con sus colegas. Con aquel compatriota que navega con la bandera de la “Ley de Herodes”.

 

La violencia no nos ha consumido. Nosotros la estamos consumiendo. 

 

¿Por qué? Quien quiera es consciente de lo que acabo de escribir, no es nuevo, es secreto a voces. Pero cuando llega el momento de evitarla, de hacer algo al respecto, caemos victimas de ella. Cuando lo consciente debería imperar, cuando la voluntad de hacer lo contrario debería imponerse, caemos en el condicionamiento del que hemos sido objeto durante décadas. 

 

Habituación.

 

Es el fenómeno psicológico a través del cual un organismo es capaz de aumentar el umbral de percepción de un estímulo cuando este se le administra gradualmente. Llegando a necesitar más cantidad de dicho estímulo para ejercer una respuesta condicionada. Sin embargo se llega incluso al punto en que el organismo deja de percibir por completo el estímulo. 

 

Basta con abordar este tema en la problemática de la violencia de pareja.

 

“La habituación a la violencia hace que la mujer no perciba conductas violentas como agresiones, sino como parte natural de la relación de pareja. Primeras peleas, pequeños desacuerdos o conflictos en intereses, tiempos o proyectos. En este periodo de habituación, las mujeres se van adaptando (habituando) a una violencia un poco más intensa cada vez, van perdiendo (si alguna vez tuvieron) redes de apoyo familiares, de amistad, acceso a los recursos económicos y a la documentación necesaria para su independencia y autoprotección. Cuando la mujer llega a darse cuenta de su situación ya está experimentando las secuelas de la violencia (falta de autoestima, sentimiento de impotencia, dificultad para planificar adecuadamente, desesperanza, miedo, ansiedad…) lo que puede suponer un bloqueo o incapacidad para romper con este ciclo.” (Artículo de la Pág. Muchas Vidas Psicología.)

 

O bien en los antecedentes que se manejan como explicación del acoso escolar.

 

“Milagros Figueroa señala que resulta difícil especificar las causas de estos comportamientos. Precisa que algunas teorías psicológicas indican que un hostigador es una persona que nació y ha crecido en un ambiente violento, donde aprende que cuando quiere algo tiene que tomarlo o pelear por él. Esta habituación en el ámbito familiar va a ser internalizada por el individuo, de manera que cuando sale a otros ambientes y quiere algo, repetirá ese comportamiento.” (Revista ¿Cómo ves? UNAM.)

 

Como conclusión, si bien el ser humano tiene en su historial evolutivo la violencia y la agresión. Los alcances que se han tenido de esta “nueva violencia” parecen cegarnos con su magnitud. No es que no nos demos cuenta, es que no reaccionamos ante ella. Nos hemos habituado.

 

Esto no empezó de golpe, la reacción sería más enérgica de parte de todos y podríamos erradicarla desde los confines más propios para empezar. Comenzó de a poco, como un virus, con notas aquí y allá, con periódicos acercando cada vez más a la portada la imagen ensangrentada, con comportamientos que rebasan el “llevarse pesado” de la escuela, que ya radican en conflictos con los derechos humanos básicos. Con la impunidad que reina en las redes sociales y que se confunde con libertad de expresión y con la impunidad que reina en las relaciones interpersonales y que se confunde con amor, afecto o liderazgo según sea el caso.

 

Para muestra un ejemplo. Hacia la década de los 90´s Daniel Arizmendi “El Mochaorejas” abarcaba titulares en México y espacios televisivos por su modus operandi, ya para esos años el secuestro era algo bastante común, sin embargo, desato especial interés la violencia con la que actuaba. LINK
Quien lo recuerde, aquella sentencia de casi 400 años parecía corta una vez que lo detuvieron para tan atroces crímenes. Hoy por hoy, asesinos y secuestradores así, los hay por montones, muchos de ellos también salen en los titulares pero no son necesariamente perseguidos por sus crímenes. Hoy por hoy, el secuestro es lo de menos, y alguien que “mochara orejas” ya no nos sorprendería, cuando lo que se coarta son vidas enteras y las de los familiares y allegados.

 

Que si el gobierno lo permite y el sistema de justicia es corrupto y negligente. Claro, lo favorece. Pero solo hace falta leer nuestros mensajes de texto, nuestros tuits, salir a la calle, a la tienda, a la escuela, para ver que poco a poco, como pequeñas gotas de lluvia, la violencia ha caído sobre nosotros, hasta convertirse en una tormenta casi sin darnos cuenta. La protesta es infértil en ocasiones, la indignación no basta. Ocurre como en la habituación a la violencia de género, consecuencia de las dosis medidas de violencia gradualmente creciente. Porque hemos hecho de la violencia una forma de vida, un estilo de vida al que nos hemos acostumbrado, que ya no percibimos en su justa magnitud y nos vuelve simples espectadores mientras nos llega el agua al cuello. Antes de que quedemos sin oportunidad de defendernos. 





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LÍMITES EN LA CRIANZA Y LA EDUCACIÓN.

La importancia de establecer límites en la crianza y la educación. 
Por Cinthya H. Trejo

A veces se vuelve un poco complejo educar a un hijo, pero es posible hacerlo. Como padres la idea en cuanto a todo lo que a sus hijos se refiere es hacer lo mejor para ellos y la eduacion es parte fundamental de esto. Establecer normas y límites a corta edad sera mas sencillo ya que aprendera que es lo comun y esto ayudará a evitar mayores problemas en el futuro de padres e hijos.
Comenzemos por recordar que los límites son no solo necesarios sino imprescindibles en la vida de todo niño, ya que es a través de las normas de comportamiento como ellos van moldeando de forma adecuada sus actitudes y finalmente, su personalidad.
Por ello es ideal conocer formas adecuadas de poner límites, pues estos son muy diferentes de la agresión. Los limites le dicen al niño hasta donde es posible o adecuado llegar en algun comportamiento, por ello aunque en ocasiones los padres siente culpa o angustia al poner limites firmes a sus hijos, ya que no quieren parecer autoritarios, es basico siempre recordar que estos son importantes ya que tambien ayudan al niño a sentirse seguro y protegido.
Si los padres siempre corresponden a lo que el niño está solicitando por ejemplo cuando hace berrinche, continuará haciendolo pues sabe que va a obtener una ganancia con esto, llamando la atención de sus padres y conseguiendo lo que desean de manera negativa. Cada niño debe aprender a tolerar la frustración y comprender los tiempos de espera con la ayuda de sus padres.
Al poner límites desde pequeños los padres mas alla de mostrarse autoritarios lo que hacen como efecto de esto es proteger al niño de muchos de los riesgos de la vida actual, como las adicciones o los comportamientos delictivos, puesto que se les enseña a cumplir normas, un orden y un respeto, siempre desde el afecto y la congruencia.
Los límites les enseñan a organizarse y a tener buenos hábitos que serán un valor para toda su vida. Es importante que asimilen las normas de convivencia y de relación social, pues esto fomentará que en la vida adulta puedan vivir de la mejor manera posible y sepan responder de forma satisfactoria a las distintas situaciones que se les presenten.
Los niños necesitan ser guiados asertivamente, con cariño y comprensión. Padres muy autoritarios o demasiados permisivos fomentan que el niño llegue a tener una pobre autoestima o comunicación con sus iguales o adultos.
Los padres autoritarios, dictadores, son los que imponen y no respetan las necesidades del los niños, provocando que el niño no confié en si mismo, dependencia, lesionando su autoestima. Con padres permisivos los niños tienden a concentrarse en sí mismo no respetando a los demás, lo único que espera es que se cumplan sus deseos y caprichos, no generan responsabilidad ni autodisciplina causando rechazo hacia las demás personas.
Al poner limites es bueno tomar en cuenta lo siguiente:
La seguridad y firmeza de los padres es muy importante habla y explicate de manera segura.
La coherencia y la constancia a la hora de poner limites y llevar a cabo las consecuencias es básico para que el niño no se confunda. Si tus hijos perciben que el límite sólo se establece a veces, no van a cumplirlo porque no lo verán como una regla sino como una opción y no lo tomaran enserio.
Dar ordenes claras, simples y una orden a la vez.
Establece límites adecuados a su edad.
Explícale a tu hijo cuáles son las reglas y las consecuencias que seguirán si no las tiene en cuenta.
Las consecuencias naturales generadas por sus actos, se dan como una situacion de causa-efecto, explica a tu hijo que la consecuencia es algo que ocurre y seguirá ocurriendo cuando no cumple con el limite acordado. 
Es importante no temer a poner consecuencias es decir implementar lo que comunmente se llama «castigo», que sin embargo no es mas que implementar un estimulo aversivo para que no repitan la conducta negativa, esta consecuencia será impuesta por los padres solo cuando exista un limite que no sea respetado por el niño.
Es importante destacar que esta consecuencia será generada por los  padres y debe ser algo aversivo pero no agresivo. El limite y la consecuencia deben de ser adecuados, firmes pero basados en un respeto hacia el niño.





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Analisis. Donde viven los monstruos (Película)

DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS

Arrieta López Fernando Humberto
La película nos permite adentrarnos en el mundo de los monstruos, un mundo que todos tenemos en el que todos y cada uno de nosotros termina alojando sus más primitivas pulsiones. En este caso Max, un niño quien no ha superado la falta de su padre y el papel inestable que juega en su familia, un niño afrontado a la edad y que aun intenta conservar a su madre, con esa necesidad omnipotente de atención y de cuidados que incluso son relegados hacia su hermana mayor. Es precisamente al fallar en estos cuando tanto la hermana como su mama se convierten en factores malos, factores que no le aseguran cumplir sus necesidades y que al “vivir solo para el” según su propia percepción, cuando no cumplen ese papel deben ser destruidas. Así es como en un primer momento vemos que destruye el vínculo afectivo con su hermana al romper el regalo que él le dio, y posteriormente como destruye a su mama, frustrándola como él mismo se ha frustrado y termina por atacarla literalmente, mordiéndola.
Es en este momento en la posición esquizoparanoide cuando huye, huye por no afrontar las consecuencias de haber destruido a su objeto malo, sin importar si se lo busco o no, lo ha destruido y debe huir de las consecuencias, y del peligro que le sigue representando la falta de respuesta de sus necesidades.
Finalmente, llega a aquel lugar, alejado, mágico e individual, al que todos terminamos llegando y al que muchas veces se nos olvida volver incluso cuando es necesario. Una isla donde poder confrontarse con sus monstruos individuales. Ahí, él es el rey, ahí el de verdad es omnipotente pero termina por darse cuenta, al ser confrontado que su poder se limita a él, y que aun siendo suyo no es total. No todos lo harán feliz, ni harán lo que él diga, y de hecho ni siquiera el podrá hacer felices a todos ni hacer lo que todos dicen.
En esa isla, con esos monstruos se da cuenta de cómo incluso, el ser negativo es malo y bueno, cuando conoce a Judith, no puede terminar de quererla como a los demás, simplemente la acepta como parte de la isla. Todo lo contrario de cuando conoce a Carol, con quien se identifica y con quien desarrolla un cariño especial, es como él, intolerante a la frustración, siempre deseando que se cumpla su voluntad. Incluso los demás monstruos, el temeroso, el tímido y lastimado y el aislado y deprimido, le permiten al observarlos con detenimiento, darse cuenta de que no son todos malos, ni todos buenos. KW, termina demostrándole que puede ser mala (cuando deja a la tribu) y buena y protectora (cuando lo defiende incluso de Carol).
 Cuando termina confrontado por la realidad de la personalidad de Carol, pasa a la posición depresiva, dándose cuenta de que no todo es malo ni bueno sino que hay matices, y que Carol también puede ser malo.
A fin de cuentas, la posición depresiva es solo un leve momento, ya que consigue integrar todo rápidamente y darse cuenta de que de verdad quiere regresar con su mamá, y de que no está molesto con Carol ni podrá hacer nada por el más que demostrarle que le importa. Así al final, Judith la negativa hace un comentario positivo “eres el primero al que no nos comemos”, el miedoso al que no le hacen caso se hace notar diciendo lo que siente, e incluso el aislado y triste, habla y se despide, y al final, aunque lo hizo enojar Carol regresa a despedirse aunque sea de lejos. Así, cuando regresa a casa, Max se da cuenta de que su mamá, a quien lastimo estuvo preocupada por él, y que siempre lo protegerá, aunque no siempre este cien por ciento para él.
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TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS EN ADOLESCENTES

Actual generación de adolescentes, con mayor prevalencia en trastornos psiquiátricos

Los primeros hallazgos comparativos de la Encuesta de Salud Mental Adolescente que se realizó en el Distrito Federal y área conurbada “sugieren” que la generación actual de adolescentes tiene una mayor prevalencia de trastornos psiquiátricos que las generaciones anteriores en esta etapa de desarrollo.

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Bullying y Educación

Bullying impide el proceso de enseñanza: OCDE

Los resultados del Estudio Internacional sobre la Enseñanza y el Aprendizaje, TALIS por sus siglas en inglés, revelan que las condiciones de violencia y las agresiones entre estudiantes impiden el proceso de enseñanza por lo menos una vez a la semana en escuelas secundarias del país, mientras que al menos 10 por ciento de los maestros de ese nivel educativo indican que se presentan estos factores de agresión. 

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