LA RESPONSABILIDAD

En ocasiones puede parecer que la vida adulta es dificil, que hubiera sido mejor o preferible quedarnos en la adolescencia, o aún más en la niñez.

La vida adulta en ocasiones nos trata sin miramientos sin esperar a que demostremos estar preparados o no, maduramos orgánicamente, conviviendo con el entorno, no aislandonos de él. Y muchas de esas vivencias han de ser interpretadas con una lógica de causa y efecto y queremos sacarle el mejor provecho a cada situación.

¿Cuál es el beneficio?

¿Por qué vale la pena crecer si debemos enfrentarnos a una realidad dura y en ocasiones cruel y abrumadora?
Puede parecer que es muy alto el precio que se ha de pagar. Pero las obligaciones te traeran libertades. Las responsabilidades derechos. Los tragos amargos, experiencia. Siempre y cuando entendamos el rol que juega dentro de nuestra vida la madurez y por obvio que parezca, no olvidemos que a cada acción corresponde una reacción, la asumamos antes o no.

La idea es saber combinar. Que la responsabilidad se convierta en una herramienta y no en un obstáculo. Que nos permita lidiar, o evitar, incluso propiciar las consecuencias que queremos y no las indeceadas.
Si, la idea es reir como si tuvieras 5,6 o 7 años, descubrir como si tuvieras 3, aprender como si tuvieras 10 o 12, experimentar como si tuvieras 15 o 16, y cuando la vida se ponga dificil, cuando se requiera templanza y te obligue a madurar, hacerle frente al problema, con lo mejor que tengamos, con el cúmulo de alegrias, aprendizajes y experiencias de toda una vida, defendiendo cada palmo de terreno que hemos conseguido avanzar hasta donde estamos.

Entender que cierta acción inclurá ciertos resultados o consecuencias, nos permitirá tomar las riendas de la situación, sobre todo si ésta es problemática. Y ese entendimiento se lleva a través del tiempo, cuando hacemos un correcto y oportuno acuse de recibo de las experiencias y vivencias que hemos tenido.

Se aprende en el entorno

De ahí que como nucleo social, la familia, la pareja, los amigos y la comunidad, sirvan como una estructura que funcione bajo esquemas de responsabilidad.
Ayudar a un niño, a un jovén o incluso a un adulto a entender que lo que haga tendrá cosnecuencias y resultados lógicos, y que puede y debe prever la mayoría de ellos para así decidir y ejercer su acción a voluntad y conciencia, pareciera tarea fácil pero no lo és.

Cuantas veces nuestro círculo más cercano no provee de consecuencias lógicas, cuantas veces no se le hace responsable de sus actos, al niño inclumplido con los deberes de la escuela, al jovén indiferente con la hora de llegada a casa, a la pareja infiel, al empleado o jefe despota, al vecino ruidoso o al amigo desleal.

El entorno seguro, en ocasiones tóxico, no siempre otrogará los mecanismos necesarios para que nos desarrollemos como seres responsables y maduros.
pero la vida adulta lo hará, en algún punto se confrontará esa realidad (distinta a la aprendida) donde hay causas y efectos, donde a toda acción corresponde una reacción.

¿Cómo se aprende?

Promoviendo un modo en el que entre más ejemplos y momentos tenga la persona para ejercer y desarrollar su responsabilidad, mejor se adaptará a la vida adulta, en casa, con quienes nos aman, las consecuencias serán comprensivas y justas en su mayoría. En el mundo real, afuera, estamos expuestos, ahí la vida adulta nos hará pagar el derecho de piso por haber llegado a esa edad, estemos listos o no.

Es común ver que hay gente a la que le «cuesta trabajo» crecer, que se resiste, o madura «mal». La responsabilidad requiere no culpar a otros, requiere entender que jugar un juego sin reglas es disfuncional, requiere que encontremos la pieza o las piezas que no encajan, que entorpecen nuestro desarrollo y las trabajemos y las quitemos.

Sin embargo, no todas las personas están listas. Es más facil culpar al de al lado. Me hiciste enojar. No me esperaste aunque te avisé que venía tarde. Me aburres. No me satisfaces. Me complicas. No desperdicies mi tiempo.
Siempre culpando a los demás, nunca responsabilizándose de sus acciones.

Es tú enojo, tu insatisfacción, tu impuntualidad, tu indecisión para solucionar el problema lo que te tiene ahí.
Aunque es duro, al menos hay algo bueno, si es nuestra responsabilidad, entonces depende de nosotros corregirlo y la solución, aunque muchas veces escondida, está más cerca de lo que pensamos.

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