Catexias y contracatexias. (S. Freud)

 

COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA
La dinámica de la personalidad


Por Cinthya H. Trejo Zámano

Catexias y contracatexias.
Las fuerzas impulsoras son las catexias y las controladoras las contracatexias. El ello solo tiene catexias mientras que el yo y el superyó también poseen contracatexias, el yo y el superyó se originan para contener las acciones imprudentes del ello. El yo y el superyó tienen sus fuerzas impulsoras propias.
El concepto de contracatexia se puede ver también como una frustración interna; mientras que la frustración externa no puede llegar al objeto meta, por razones sobre las cuales la persona no tiene dominio, es un estado de privación o de perdida, mientras que la frustración interna es un estado de inhibición interna. Freud observa que la frustración interna (contracatexia) no surge hasta que la externa le prepara el terreno, es decir, experimentar privación o pérdida ira antes de que pueda desarrollar controles internos. Si las fuerzas impulsoras son más fuertes que las controladoras, se llevara a cabo alguna acción o se hará consciente alguna idea, si las contracatexias superan en fuerza a las catexias se reprimirá la acción del pensamiento.
Por ejemplo, no recordar algo por que a la catexia de la huella mnémica se opone una resistencia o contracatexia, se dice entonces que tales recuerdos están reprimidos. Un recuerdo reprimido puede ser recordado reduciendo la fuerza de la contracatexia, o aumentando la de la catexia. Las contracatexias tienen el fin de proteger a la persona de la incomodidad y la ansiedad, la oposición de una contracatexia a una catexia, se llama conflicto interno o endopsiquico.
Todo proceso de la personalidad es regulado por la interaccion de las catexias y las contracatexias, a veces el equilibrio  entre ellas es tan marcado que un pequeño cambio en la proporción de la fuerza de la catexia respecto a la fuerza de la contracatexia significara una diferencia entre hacer y no hacer algo. Debido a estas fuerzas y su delicado equilibrio es extremadamente difícil predecir que hará una persona en una situación dada.
Consciencia e Inconsciente
En los primeros años del psicoanálisis el concepto de Freud, central en su teoría, era el inconsciente, este se convirtió en el ello, y la distinción estructural entre consciencia e inconsciente fue remplazada por la organización tripartita ello, yo y superyó. Mientras que la psicología del s. XIX se esforzó tratando de analizar la mente consciente, el psicoanálisis se ocupo de explorar la mente inconsciente. La psicología se convirtió en la ciencia de la conducta y el psicoanálisis en la ciencia de la personalidad.
La teoría psicoanalítica, conserva la consciencia y lo inconsciente como cualidad de los fenómenos mentales. El que un contenido mental sea consciente o no, depende de la magnitud de la energía, invertida en él, y en la intensidad de la fuerza de resistencia.
Las percepciones y los sentimientos son experiencias que le ocurren a una persona en el presente, los recuerdos y las ideas, por otra parte, son representaciones mentales de experiencias pasadas; para que las ideas o los recuerdos se hagan conscientes es necesario que se asocien con el lenguaje.
Freud diferencio entre dos cualidades de inconscientes. Lo preconsciente y el inconsciente propiamente dicho. Una idea o recuerdo preconscientes son los que pueden hacerse conscientes muy fácilmente, porque la resistencia es débil; un pensamiento o recuerdo inconscientes son más difíciles de hacerse conscientes por que la fuerza que se les opone es poderosa.
Como se requiere una concentración relativamente grande de energía para que un proceso mental adquiera, la cualidad de ser consciente, con tal fin, hay que desviar energía de otros procesos mentales.





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