DEPENDENCIA AFECTIVA

 

DEPENDENCIA AFECTIVA

Por Gabriela Rodrigez G.
Para entender que es la dependencia afectiva, es necesario diferenciarla de la dependencia instrumental, la cual se refiere a la falta de autonomía, las personas que son dependientes instrumentales se caracterizan por ser inseguros, tener poca o nula iniciativa, gran necesidad de apoyo social debido a la gran sensación de indefensión, dificultad para tomar decisiones y asumir la responsabilidad de las mismas.
Entonces ¿Qué es la dependencia afectiva?
A diferencia de la dependencia instrumental, la dependencia afectiva involucra aspectos cognitivos, emocionales, motivacionales y comportamentales  que están orientados hacia la satisfacción y seguridad personal. No hay una sensación de indefensión con respecto a otras áreas  de su vida.
Se define como patrón persistente de necesidades emocionales que al no ser satisfechas se cubren de manera desadaptativa, buscando cubrirlas mediante vínculos estrechos y desequilibrados, exagerando de manera patológica los comportamientos y actitudes que se presentan en el contexto de las relaciones interpersonales, principalmente de las relaciones de pareja. 
Las creencias  que influyen directamente en la existencia y permanencia de la dependencia son las creencias sobrevaloradas de la amistad, intimidad e interdependencia y las creencias sobre las emociones que generan o pueden generar las relaciones cercanas, como la soledad y la separación.
¿Cómo se puede identificar a un dependiente emocional?
Todas las personas necesitamos unos de otros,  tenemos cierto nivel de dependencia afectiva de carácter psicosocial, el problema está cuando una persona es controlada por esa necesidad afectiva, como ya se menciono exageran de manera patológica estas necesidades.  
Son personas muy vulnerables emocionalmente  que manifiestan una ceguera hacia el otro, lo cual se podría explicar por el conjunto de ilusiones y/o atribuciones, hedonismo, y expectativas: te da lo que te gusta y esperas y en consecuencia le perdonas todo. (Sirven, 2007).
 
Son personas que asumen un papel de sumisión, soportan desprecios y humillaciones, por lo que  su personalidad es autodestructiva, con una pobre autoestima. Suelen preocuparse de manera exagerada por  cosas que aun no suceden, se anticipan a los hechos.
Eligen parejas explotadoras, narcisistas, manipuladoras, poco empáticas y afectuosos, que creen poseer  habilidades fuera de lo común, son individuos aparentemente seguros de sí mismos, lo cual ejerce un estado de fascinación sobre los dependientes afectivos.
Los dependientes afectivos tienen un anhelo irresistible por estar con la otra persona, teniendo reacciones negativas en su ausencia, se “ajustan” a las relaciones dejando que otros decidan por ellos, sufren vacío emocional  y un permanente sentimiento de insatisfacción y soledad, no toleran la frustración ni el aburrimiento,  son incapaces de darse cuenta de los efectos que su dependencia tiene en su vida diaria, (todos ven el problema menos el afectado) por lo que tienden a cometer los mismos errores una y otra vez, sus desajustes afectivos se presentan como sentimientos negativos y vacío emocional, suelen tener deseos autodestructivos y la persistente sensación de estar “atrapado en una relación”.
La identidad también se ve afectada,  caracterizándose por un yo débil, tienden a focalizar su atención en el otro descuidando sus propias necesidades,  son sobrecontroladores al querer asumir de manera excesiva responsabilidades que no son de ellos, por lo que se creen rescatadores de la persona de la que dependen.
No hay investigaciones que afirmen si las mujeres son más dependientes que los hombres o viceversa, ya que hay muchos factores que influyen, pero esta claro que los hombres dependientes se caracterizan por ser  hiperestimuladores, teniendo así la necesidad de experimentar sensaciones fuertes, se muestran más inflexibles tendiendo a desarrollar un Yo rígido guardando celosamente la intimidad o costándole demasiado abrirse a los demás. Por el otro lado las mujeres dependientes se caracterizan por el uso excesivo de mecanismos de negación y no afrontamiento, ignorando y convenciéndose de que  no hay ningún problema en la relación elaborando una conciencia de problema nula o distorsionada.
¿Cuáles son las causas?
Se han hecho muchas investigaciones,  y todas apuntan a que la principal causa o al menos la que tiene mayor peso es la carencia afectiva en la niñez,  se ha encontrado que su historia de experiencias infantiles se caracteriza por situaciones adversas que generan disfuncionalidades y desequilibrios es sus pautas de interacción, sin llegar a ser lo suficientemente graves para lograr una desconexión social.  Esto genera creencias  negativas sobre si mismo, baja autoestima y una percepción distorsionada sobre él y sobre los demás, creencias que se mantienen a lo largo de la vida volviéndose  estables, duraderas y significativamente disfuncionales, por su carácter resistente al cambio.
Por tal razón es necesario conocer este tipo de creencias para poder hacer una restructuración cognitiva, optimizando los recursos emocionales, habilidades sociales e interpersonales, adaptándolas al contexto, generar y lograr un autoconcepto claro, buena autoestima e inteligencia emocional.  Es importante que todos los puntos mencionados se logren en la familia y en el grupo de iguales a través del modelamiento simbólico y así tener una base psicosocial de nuestros vínculos,  logrando construir relaciones de pareja más sanas y satisfactorias. 
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