LÍNUS Y SU MANTITA

TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD

Por Cinthya Trejo

 

Linus Van Pelt, tiene 4 años, es un personaje de la serie Charlie Brown quien a pesar de su corta edad, es bastante inteligente, se considera a sí mismo como un filósofo y teólogo. Es el hermano  de Lucy (hermana mayor).

Él  inventó su propio ser cuasi-religioso, que  misterioso aparece cada año trayendo presentes, La gran calabaza, sin embargo, cuando llega Hallowen no aparece pero él sigue creyendo devotamente en ella. Linus es el único quién cree en la gran calabaza. Aunque él convence de vez en cuando otros de que  la gran calabaza es verdadera, ellos pierden siempre la fe, mientras que Linus nunca lo hace.

Linus casi nunca anda sin la manta azul, la cual tiende a estar sobre su hombro derecho al tiempo que se mete su pulgar a la boca. al parecer, ésta tiene algo así como una personalidad propia y la llama el la “manta de la seguridad”. Linus además parece estar condenado a que su hermana (Lucy) le quite el sitio delante de la televisión. Vive atormentado por ella y generalmente es blanco de sus amarguras y sus desquites más agresivos.

Ahora bien después de describir un poco al personaje me enfocare en una de sus características principales  “su mantita”   y más específicamente en el capítulo de la serie llamado “Linus y su mantita” , cabe aclarar que él durante todos los capítulos de la serie saldrá con su manta al hombro sin dejarla un momento, pero en este capítulo en especial pasa algo inesperado, ya que intenta con todas sus fuerzas dejar de lado su manta y continuar su vida sin ella , ya que su hermana lo critica y le dice que la deje de una vez, en el momento que ella se o dice ella se asusta por la presencia de una abeja y él le dice que él no tiene miedo obviamente  porque aquí podemos ver el significado de esa manta , ya que en ese momento la trae y se siente seguro y sin miedo. Pero cuando se da cuenta que su manta no está, la busca y esta recién lavada por su hermana cosa que no le es muy grata y le pregunta desesperadamente donde está su mantita, ella se la devuelve y el dice – y dicen que los niños de antes lo pasaban mal- con lo que demuestra que no había cosa peor que aquello que le estaba pasando,  pero en ese momento es cuando reflexiona y recuerda lo que su hermana le dijo acerca de la manta entonces decide dejarla. en este capítulo entonces apreciamos que para él la mantita representa un objeto transicional obviamente muy importante para él , y un símbolo de seguridad que el mismo ha dado a su manta ya que sin ella se siente vacio, con una vida arruinada, al parecer ansioso y obviamente inseguro, durante el capitulo el intenta que otros niños al igual que él dejen su manta  (mejor dicho su objeto transicional: objeto que  le sirve como consuelo y como elemento que le proporciona seguridad y tranquilidad,  permite al niño efectuar como ya lo mencionamos la transición entre la primera relación oral con la madre y la verdadera relación de objeto)  pero nadie va en su ayuda ya que ninguno quiere hacerlo, y su amiga lo visita con una manta en la cabeza pidiendo su consejo acerca de cómo el dejo su manta, e incluso bromea acerca de que tiene algunos peluches bajo la manta que tampoco dejará (supuestamente sus otros objetos transicionales) todo esto con el único objetivo de mofarse de él ,  ya que al final solo se quita la manta y se burla de Linus, posteriormente una vez que Linus cree superado la etapa de la mantita, la vuelve a recuperar, y su hermana dice que debe de encontrar una forma de que se deshaga de ella entonces Snoopy se va con la manta al desierto (ya que su hermana Lucy se la dio) y bastante angustiado y con pocas ilusiones Linus  comienza a darse  cuenta de cuánto la necesita en realidad , al regreso de Snoopy ,solo pregunta por su mantita y cuando por fin la tiene a su lado toda llena de espinas ( lo cual no le impide tomarla) la vuelve a  poner en  su hombro y vuelve a chuparse el pulgar (fenómenos transicionales),  recobrando su estabilidad. En este momento Snoopy trata de quitársela y el la agarra con tanta fuerza que no le es posible a Snoopy y su hermana le insiste que renuncie a ella  y con un gran grito Linus dice – nunca, nunca, nunca!-.

Ahora bien aquí podemos notar que Linus es claro ejemplo de lo que expone Winnicott en su teoría de desarrollo emocional,  al ser su manta y su dedo (succión de este) por así decirlo tan importantes en su personaje, esta teoría dice básicamente que  durante el primer año de vida, la diada madre-infante constituyen una unidad ella es el primer entorno del infante. Todo recién nacido sano tiene una tendencia innata a desarrollarse como una persona total y creadora, ha de poseer sin embargo un entorno inicial como base para tal desarrollo. La madre en un principio debe ilusionar al bebe para desilusionarlo gradualmente, esto quiere decir que el bebé, ante su necesidad de comer, es acogido por la madre y le ofrece su pecho para alimentarlo, situación donde el lactante tiene la ilusión de que el pecho fue creado por él y que es parte de él.

Pero a medida que la madre lo desilusiona, el bebé va percibiendo que no es uno con la madre, disponiéndose a entrar en contacto gradualmente con la realidad y su subjetividad.

En este sentido el cuidado materno-parental satisfactorio puede dividirse en tres etapas

  • sostén o holding
  • el self verdadero o falso
  • objeto transicional

Para Freud la base de los conflictos humanos es la lucha entre las pulsiones y la cultura, entre el  ello yo y superyó, Winnicott en esta teoría plantea que dichos conflictos se inician en el vinculo del recién nacido con su madre y del estado emocional de ella. De ahí la importancia que le da a la relación que lleva el niño con su madre, y sobre todo a la calidad de respuesta (cuidado materno) que esta le da al infante.

Enfocándonos más en  la situación de nuestro capítulo, hablemos entonces de la tercera etapa con más detalle, etapa del objeto transicional:

Este objeto es una herramienta en la que el niño consigue luego de asimilara la existencia de un no-yo, separa a su madre del entorno y por ende, separarse de ella, es en este momento en el que entran en juego los objetos transicionales, que fomentan y ayudan el desapego y separación respecto a la madre, consiguiendo que el niño desarrolle ese apego hacia el objeto que en un momento dado, se conformara como su madre. De esta manera, representan el espacio que el bebé necesita para renunciar a la posesión omnipotente de su progenitora, conservando algo de la seguridad que ésta le proporciona.

El objeto transicional, tiene tres significados: la identificación del no – yo, el enfrentamiento de la ansiedad de separación  y conformar el espacio de la ilusión. en el mismo orden se trata de un proceso evolutivo del juicio de realidad; una defensa particular  y en el último caso una relación objetal.

Este objeto material posee un valor electivo para el lactante y el niño pequeño especialmente en el momento de dormirse. El recurrir a objetos de este tipo constituye, un fenómeno normal que permite al niño efectuar como ya lo mencionamos la transición entre la primera relación oral con la madre y la verdadera relación de objeto.



 

 

Para que se produzca la continuidad de esta experiencia transicional, el objeto «seleccionado» debe cumplir una serie de características que Winnicott resume como sigue:

  • El bebé adquiere derechos sobre el objeto, y el mundo exterior los acepta. Sin embargo, esta adquisición representa al mismo tiempo una cierta renuncia a la omnipotencia simbiótica;

– El objeto es amado y acunado, pero también mutilado con excitación;

– Se le atribuye cierta vitalidad, como si tuviera vida propia;

– Nunca debe cambiar (por ejemplo ser lavado) a menos que el bebé lo haga;

  • Su catexia afectiva sufre una descarga gradual.

 

Lo esencial de las ideas de Winnicott acerca del objeto transicional se encuentra en un artículo titulado objetos transicionales y fenómenos transicionales (transitional objeas and transitional phenomena, 1953). Él nos dice:

Linus y su mantita

1.° En el plano de la descripción clínica, el autor pone de manifiesto un comportamiento frecuentemente observado en el niño y lo denomina relación con el objeto transicional. Es frecuente ver al niño, aficionarse a un objeto particular, como un pedazo de lana, el ángulo de un cubrecama o de un edredón, etc., este objeto transicional conserva su valor durante mucho tiempo, antes de perderlo progresivamente; también puede reaparecer más tarde, sobre todo cuando se aproxima una fase de depresión. (aquí cabe destacar que Linus tiene 4 años de edad).

Winnicott clasifica dentro de este grupo ciertos gestos y diversas actividades bucales (por ejemplo, gorjeos) que denomina fenómenos transicionales.

 

2.° Desde el punto de vista genético, el objeto transicional se sitúa entre el pulgar y el oso felpudo. En efecto, si bien constituye una parte casi inseparable del niño, diferenciándose así del futuro juguete, es también la primera posesión de algo que es no yo. Desde el punto de vista libidinal, la actividad sigue siendo de tipo oral, lo que varía es la posición del objeto, en la primera actividad oral (relación con el pecho) existe lo que Winnicott denomina una creatividad primaria: este pecho es constantemente recreado por el niño en virtud de su capacidad de amor o, por así decirlo, en virtud de su necesidad. La madre sitúa el pecho real en el lugar mismo en que el niño está dispuesto a crearlo y en el momento adecuado. Más tarde funcionará la prueba de realidad. Entre estos dos tiempos se sitúa la relación con el objeto transicional, que se halla a mitad de camino entre lo subjetivo y lo objetivo: desde nuestro punto de vista, el objeto viene del exterior: pero el niño no lo concibe así.

 

3.° El objeto transicional, si bien constituye un momento de paso hacia la percepción de un objeto netamente diferenciado del sujeto y hacia una relación de objeto propiamente dicha, no ve, sin embargo, su función totalmente abolida al continuar el desarrollo del individuo. El objeto transicional y el fenómeno transicional proporcionan, desde un principio, a todo ser humano algo que seguirá siendo siempre importante para él, a saber, un campo neutro de experiencia que no será puesto en duda. Pertenecen, según Winnicott, al terreno de la ilusión: este campo intermedio de experiencia, del cual no necesita justificar la pertenencia a la realidad interior ni a la realidad exterior (y compartida), constituye la parte más importante de la experiencia del niño. Se prolongará, a lo largo de toda la vida, en la experiencia intensa que corresponde a la esfera de las artes, de la religión, de la vida imaginativa, de la creación científica.

 

Los términos objeto transicional y fenómeno transicional (pensamientos o fantasías se enlazan con estas experiencias a todas estas situaciones Winnicott las llama fenómenos transicionales)  designan la zona intermedia de la experiencia,  entre el pulgar y el osito de peluche (en este caso la mantita de Linus), entre el erotismo oral y la verdadera  relación objetal, entre la actividad creadora primaria y la proyección  de lo que ha sido introyectado entre la inconsciencia primaria de la deuda y el reconocimiento de la deuda.

La pauta de los fenómenos transicionales empieza para Winnicott en un período variable que va desde los cuatro a seis meses hasta los ocho a doce. Como se puede apreciar, su aparición corresponde aproximadamente al estadio del objeto precursor de Spitz y a la etapa de simbiosis de Mahler.

Una vez ya expuesta la teoría sobre los objetos trasnacionales, regresemos de nuevo al caso de Linus, para dar una conclusión sobre todo esto, aquí en el capitulo, podemos  ver a un niño de 4 años que aun succiona su dedo para sentir alivio, calmar su necesidad y satisfacer sus instintos esto se puede ver como uno de los dos grupos que Winnicott plantea, a continuación pondré los detalles:

Según Winnicott suele considerarse (como primer objeto “no yo” el pecho.)

Y plantea que hay dos grupos de fenómenos:

1) Niños recién nacidos utilizan puños, dedos pulgares para estimular la zona erógena oral, para satisfacer los instintos de dicha zona y lograr una tranquila unión.

2) A los pocos meses los niños, de ambos sexos, juegan con muñecos que las madres le dan o algún objeto especial en espera que se conviertan en adictos a tal objeto. Winnicott hace referencia a los  juguetes que los niños reciben de sus madres en los primeros tiempos de su vida o a cualquier objeto que pueda servir a ese medio y que está dedicado al niño, incluida su ropa de cama o aquella que se le pone

Entre 1 y 2 hay una relación y un intervalo de tiempo que las separa pero como podemos ver en este caso hay una etapa anterior a la de objeto transicional que en este caso sería la uno, en Linus, ya que él sigue succionando su pulgar y así paso a la siguiente etapa con su mantita.

Linus es un niño que tiene estas conductas transicionales y es totalmente normal que lo haga con su mantita ya que estas pueden comenzar a partir de los 4-6 meses y durar hasta los 3-4 años, que es la edad de él, cuando el niño ha adquirido mayor control de los miedos de abandono, comienza a ser más independiente e inicia su vida social. Puede que use su objeto de apego de forma continuada o que recurra a él cuando atraviese por una etapa de ansiedad como el nacimiento de un hermanito, una mudanza o la separación de los padres. Aquí su hermana Lucy intenta deshacerse de ella y hacer que el la deje pero no lo logra ya que el niño debe de estar seguro y el debe de decidir en momento adecuado, eso ya lo mencionamos como parte de la teoría.

En cualquier caso es absolutamente normal que tenga su objeto y que presente un fenómeno transicional , solo que a mi punto de vista y basándome en la teoría de Winnicott la etapa de chupar su dedo debió de ser una etapa ya cerrada y superada en su desarrollo para continuar con la siguiente , sin embargo , aquí en este episodio esta el claro ejemplo de esta teoría y como un niño lo maneja, por ejemplo, no les gusta estar lejos de su objeto, generalmente son suaves y cálidos como en este caso, pueden usarlos a su antojo es decir pueden ser objeto de su amor y también de su agresión, adoptan como en este caso un afecto especial ,es ese objeto y no otro que lo sustituya, (así Linus lo cree también ).en fin todas estas características y sentimientos que se pudieron observar se dan en la vida real con los niños de estas edades y es proceso de desarrollo por el cual todos pasamos, e incluso en la vida adulta podemos llegar a tener nuestros objetos transicionales.

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FRAGMENTOS

Fragmentos

Blog de Julene Iriarte

Les dejamos este texto. Reflexión que esperamos se sintonice con lo que a nivel nacional y más de un a vez a nivel internacional, esta ocurriendo.

LA IMPOSIBILIDAD DEL MEXICANO

Nací de una raza triste,
de un país sin unidad
ni ideal ni patriotismo;
mi optimismo
es tan solo voluntad;
obstinación en querer,
con todos mis anhelares,
un México que ha de ser
a pesar de los pesares,
y que yo ya no he de ver…

Amado Nervo, Mi México

LINK

El mexicano promedio de hoy en cifras
Nací de una raza triste,
de un país sin unidad
ni ideal ni patriotismo;
mi optimismo
es tan solo voluntad;
obstinación en querer,
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TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD

 

TRASTORNO LIMITE DE LA PERSONALIDAD
Por Fernando Arrieta López
DSM-IV TR, menciona al Trastorno limite de la personalidad, tipificándolo con un patrón general de inestabilidad en las relaciones personales, en la autoimagen y la afectividad, asi como una notable impulsividad que comienza al principio de la edad adulta. Los criterios diagnosticos para el TLP requieren 5 de los siguientes ítems:
1. Esfuerzos frenéticos paraevitar un abandono real o imaginario (No se incluyen comportamientos suicidas. Vease criterio 5).
2. Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizadas por la alternancia entre los extremos de idealización y devaluación
3. Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de si mismo acusado y persistentemente inestable.
4. Impulsividad en al menos dos áreas, que es potencialmente dañino para si mismo (gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, ingesta excesiva de comida).
5. Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes, o comportamiento autolesivo o de automutilación.
6. Intestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de animo. (P.ej. intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que dura horas o días).
7. Sentimientos crónicos de vacio.
8. Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la cólera (p.ej. muestras frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes)

9. Ideación paranoide transitoria relacionada con estrés o síntomas disociativos graves.

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ETAPAS DE DESARROLLO HUMANO 4-5

 ETAPAS DE DESARROLLO HUMANO
ERIK ERIKSON

ETAPA 4-5
Por Fernando Arrieta L.

ETAPA 4. Competencia vs. Inferioridad  (6-12 años)
Erikson marca esta edad desde que el niño empieza a ir a la escuela hasta que termina su educación intermedia (14 años aproximadamente).
En esta etapa el niño aprende lo básico de la vida que necesita para llegar a ser un adulto funcional y competente. De acuerdo a Erikson aquí es donde el niño comienza su relación con sus amigos y sigue las normas sociales propias de esta edad. En esta etapa también aprende a como seguir las reglas de los juegos y puede jugar en equipo y practicar deportes que contengan reglas definidas. En esta etapa el niño entiende que debe aprender ciertos conocimientos académicos tales como estudios sociales, desarrolla sus habilidades cognitivas para aprender aritmética y las reglas de ortografía y gramática y se interesa por la lectura. A esta edad comprende que hacer la tarea es su responsabilidad y desarrolla auto disciplina la cual lo ayuda a comportarse bien en la escuela, a ser mas sociable con sus amigos y en su hogar y acatar las reglas impuestas por sus padres las cuales aplica en cada uno de los ambientes en los cuales se desenvuelve a esta edad. Si el niño no superó con éxito las etapas anteriores, al llegar a esta etapa se siente dudoso acerca de su futuro y se le forman complejos de inferioridad y se llena de culpa y de verguenza por no poder adaptarse socialmente y actuar como los niños de su edad.
ETAPA 5. Identidad vs. Confusión  (12-20 años)
Durante la quinta etapa del desarrollo psico-social el niño se ha convertido en un adolescente de trece o catorce años y esta etapa continua hasta los veinte años de edad. Si el adolescente a esta edad ha superado las otras etapas sin frustraciones de ningún tipo el aprende a contestarse a si mismo satisfactoriamente quien es él o ella como individuo. Sin embargo aún los adolescentes mas maduros experimentan cierta confusión sobre su identidad, muchos adolescentes aqui se rebelen y hasta pueden incurrir en problemas menores de delincuencia por esa confusión temporal de identidad que experimentan a esta edad. Erikson cree que un adolescente maduro desarrolla su conciencia de lo que es bueno y malo para su persona y su lógica lo guía a desviarse de la delincuencia y adopta un comportamiento social adecuado. El adolescente busca ser guiado por las personas que los inspira y gradualmente desarrolla sus ideales para ser un adulto exitoso. En esta etapa el adolescente prueba diferentes maneras de vestir y de adaptarse a la sociedad hasta que encuentran el ambiente en el que se sienten confortables. Si el adolescente no encuentra su identidad en esta etapa se convierte en una persona que quiebra las reglas de la sociedad, o desarrollan un carácter débil y permiten que malas influencias los guíen por caminos inapropiados y pueden llegar a desarrollar un comportamiento antisocial.





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EL COMPLEJO DE EDIPO EN LA NIÑA

 

EL COMPLEJO DE EDIPO EN LA NIÑA
Por Fernando Arrieta L.

En la etapa fálica hacia los 3 y medio años descubre que el niño posee una “cosa” que ella no tiene (el pene), primero negara el hecho y después se mostrara celosa, convencida de que si espera le crecerá y lo desea fervientemente. Ella se siente desfavorecida y  hace responsable a su madre del hecho de su mutilación sexual, la envidia del pene se convierte en el tema de sus fantasías masturbatorias fálicas. La niña pasa habitualmente por un periodo de exhibicionismo como si el hecho de ser admirada le permitiera identificarse con los que la miran. Si la niña exhibe “nada” lo hace a manera de “negar que no tiene nada”. También en la niña se muestra una culpabilidad que acompaña siempre a la angustia de castración fálica. El primer factor de la angustia de castración será la usencia del pene identificado como una castración ya realizada. En el caso de la niña es una mujer la que representa el papel del rival adulto, la niña puede sin peligro para su sexualidad identificarse con “la que no tiene pene”. A diferencia del varón en la niña la angustia es peligrosa antes del Edipo ya que puede impedir al Edipo instalarse normalmente y en el varón lo que impide es que se solvente. Cuando la niña percibe su castración fálica, catectiza a su madre de una recrudescencia de libido pasiva, para captar su ternura, utilizando una mayor parte de la libido agresiva sublimada en la conquista de los conocimientos de las personas mayores. Pero la niña al darse cuenta que la espera por su pene no ha dado frutos y que la madre no le otorga el regalo pedido y también ella carece de este, descubre que tiene que renunciar a él para siempre, esta realidad viene a contradecir las fantasías masturbatorias clitorídeas, ya que la excitación del clítoris solo proporciona desilusiones; el retiro de catexis de la zona erógena fálica no puede realizarse en la niña sin compensación, de tal manera que el abandono de la masturbación clitoridea  se ve acompañado de un desplazamiento hacia el rostro y el cuerpo entero, aparece el gusto por el adorno, el peinado, las joyas etc. Este deseo de gustar le satisface su amor propio permitiéndole renunciar a las prerrogativas fálicas y reconciliándola con el sexo masculino, recupera la confianza en sí misma, y trata de conquistarlos, es curioso que sea debido a la envidia del pene que ella se dirige a los hombres para captar su admiración.
La madre castrada como ella ya no es temible, la intensa culpa que podía despertar en ella ha perdido su carácter doloroso y angustiante. Es muy importante que la niña se resigne a dar por perdidas sus fantasías clitorídeas y las ambiciones fálicas que ocultan, y que admita sin amargura el no ser un varón. El conflicto seria de no ser así el reprimir, mediante las prohibiciones del superyó, la sexualidad fálica por lo que la libido se vería obligada a regresar y a tomar actitudes erógenas y afectivas anteriores, de lo que surgirán trastornos de carácter.
Poco después la niña descubrirá la excitación de los pezones, cuando la masturbación genital no ha sido prohibida desplaza la envidia del pene hacia la envidia de tener unos senos como los de su madre para gustarse a sí misma.  En los casos en los que la zona vaginal erógena se convierte en el centro de las emociones libidinales de la niña (acompañadas de las fantasías edípicas)  estaremos entonces frente a un desarrollo afectivo y cultural próspero. La niña continúa tratando cada vez más de identificarse con la madre; la identificación por ambición, que no está matizada por fantasías fálicas sino por fantasías de ambición femenina, se convierte en fuente de alegría y no de culpa. El hecho de retirar la catexis libidinal de la madre no está todavía acompañado de agresividad (la niña se muestra menos sensibilizada a todo lo que dice y hace su madre que a lo proveniente  del padre). Las pulsiones agresivas sublimadas serán usadas todas, y sus pulsiones pasivas ayudaran a su deseo de complacer y seducir a los adultos fuertes que pueden protegerla (en especial a los hombres). El medio por el que realizara esta seducción del padre es  halagándolo y luchando contra su madre y contra los niños, se vuelve entonces orgullosa de su sexo al pensar que el padre la prefiere.
Las fantasías lúdicas femeninas vaginales influyen en el juego de muñecas (aprox. a los 5 años, le gusta tener solamente una o dos muñecas) proyectando hacia ellas su sentimientos de culpa liberándose de pulsiones agresivas que su yo no pude tolerar, empieza a construir su superyó que “habla” como la madre, pero cuya severidad es solo el reflejo de la agresividad interior de la niña. La niña se vuelve cada día mas coqueta con su padre, declara abiertamente que él es su marido y que tendrán hijos. Pero la realidad presente es que la madre es la esposa de papá y la niña es visiblemente inferior a ella. El complejo de Edipo es menos dramático en la niña que en el niño, pues si bien en la niña  la hostilidad para con la madre es grande, es más sorda. La niña tiene fantasias en las que mata a la madre y hay conflictos familiares en los que se muestra impertinente y trata de culpar a la madre ante los ojos del padre, actitudes y fantasías similares a las del niño. Frecuentemente llega a renunciar a la rivalidad edípica antes del periodo de latencia, sin que se pueda realmente decir que por ello ha solucionado ya su complejo de Edipo. Cuando el padre no es neurótico y es tierno con su hija esto bastara para la felicidad de ella, al menos hasta la pubertad y facilitara sus buenas relaciones sociales con los niños de su edad. Es en este momento solamente  cuando se anuncian conflictos edípicos un poco más marcados, aun en el caso de que el padre estimule a su hija a procurarse amistades entre los muchachos y no este celoso de ellos, la niña pasara insensiblemente de su padre  a su sustituto amoroso , el hombre joven. Ella liquidara entonces su complejo de Edipo, sin jamás sufrir por ello una gran angustia, ya que protegida por su padre, la niña ya no teme no hacer caso de los obstáculos que su madre podría interponer en el camino de su vida sexual genital.
Una situación particular por el sexo de la niña es descubrir el misterio de nacimiento, con el que se inquieta y tiene miedo por el sufrimiento que puede traer consigo, esta es la segunda fase del complejo de castración en la niña, la angustia de castración vaginal (víscero-vaginal). Si la madre permite a su hija independizarse las cosas resultan bien, pero si no lo hace  destruye la confianza que la niña necesita tener en sí misma, por lo tanto los sentimientos de culpa inconscientes respecto de su madre empujan a la niña a presentar un complejo de castración vaginal patológica. Puede operarse una regresión libidinal, pero la niña puede luchar con dicha castración, mediante el renunciamiento a su narcisismo femenino normal o por la proyección de la agresividad contra su madre. En los casos menos graves donde no ha habido regresión fuerte sino solo represión exterior soportada pacientemente, la joven en el momento de ser cortejada retomara su desarrollo justo donde se quedó.





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