Sin título


LO SUBLIME EN LAS OBRAS DE EDGAR ALLAN POE

Por Fernando A. López

Las obras de Edgar Allan Poe representan con total talento las características especificas del estilo romántico; en el que hablaban de las emociones humanas, del sentimiento de la persona enamorada, o valiente, relataban con vívida semejanza las pasiones del hombre; pero Poe abordó además no sólo lo bello de dichos sentimientos; tomó de cada sentir humano lo sublime de la pasión que es lo que a  cualquier persona le absorbe a la vez, la cordura, el libre albedrio, y deja que el control quede totalmente en manos de dicho sentimiento.
Obras tales como El entierro prematuro, El corazón delator,  el Cuervo, el Pozo y el Péndulo, o la Máscara de la Muerte Roja; son vivos retratos del alma humana turbada por la intensidad de lo que siente su corazón. Entrando en el tema, dice Kant, que el sentimiento en sí es bello, el sentirlo le otorga el carácter de noble; cuando nos sentimos abordados por un sentimiento experimentamos lo bello de éste; cuando nos rebasa esta sensación, cuando lo único que parece probable es dejarse llevar, y cada nervio del cuerpo responde a los encantos dolorosos de dicha sensación, sobra decir, o explicarlo para quien ya lo ha sentido que es únicamente la descripción de un sentimiento sublime, o lo sublime de un sentimiento.
Ahora, suplico si es que no han leído a Edgar Allan Poe, intenten imaginar la emoción que acabo de detallar, escrita con las palabras exactas para que pueda ser compartida por el lector con quien la está sintiendo en el relato. El alma humana fácilmente aumenta sus alcances atribuyéndole sentimientos y emociones, cada uno bello por si mismo, aún el horror tiene este carácter de belleza, aunque una belleza diferente. Si ya una obra escrita es de por sí muy valorable las de Poe son, por su misma conformación, invaluables, cuando leemos convertimos las letras en significados, tal vez la palabra “amor” en una obra hace que sintamos o recordemos la pasión de este hermoso sentimiento, pero si leemos “el amor que destroza las esperanzas”, como resultado nos invade la desazón del desamor o el odio. Por ejemplo si encontramos una frase descrita con una desesperación tal que la catarsis encuentra un resquicio en la locura y la turbación, y limita a la cordura en un sentimiento externo y lleno de -magnificencia- que realza los sentidos, las pasiones y la mente misma, y hablo de magnificencia en el sentido de que si hubiese lo sublime perderíamos el origen del sentimiento tal vez por la sensación, y si fuese sólo bello no bastaría una lectura para comprenderlo, por eso me refiero a lo magnífico, es lo que nos desborda hasta un punto tal que perdemos la forma en sí del sentimiento, pero seguimos entendiendo las emociones del escritor; hablo por supuesto de “El Cuervo”.
Para referir y desarrollar mejor la anterior, y a su vez para terminar quiero explicar un fragmento del relato “El Corazón Delator” y espero que sirva para explicar la grandeza de este cuento y a su vez, si es que no lo han leído para estimular su interés en Edgar Allan Poe y su obra. Para los fines que aquí quiero expresar, no es necesario saber la historia, únicamente declararé que ha habido un asesinato y el culpable es quien narra en primera persona.
“sin duda me había puesto muy pálido; pero hablé con más fluidez y en voz más alta. Sin embargo el ruido aumentaba ¿Qué hacer? Era un sonido bajo, sordo , rápido…, como el sonido de un reloj de pulsera envuelto en algodón. Traté de recuperara el aliento… pero los oficiales no lo oyeron. Hablé más rápido, con más vehemencia; pero el ruido seguía aumentando. Me puse de pie y empecé a discutir sobre cosas insignificantes en voz muy alta y con gestos violentos; pero el sonido crecía continuamente ¿Por qué no se iban? Caminé de un lado a otro con pasos fuertes, como furioso con las observaciones de aquellos hombres; pero el sonido seguía creciendo. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer yo? Me salía espuma de la rabia… Maldije …, juré. Balanceando la silla sobre la cual me había sentado, raspé con ella las tablas del suelo, pero el ruido aumentaba su tono cada vez más. Crecía y crecía y era cada vez más fuerte. Y, sin embargo, los hombres seguían conversando tranquilamente y sonreían. ¿Era posible que no lo oyeran? ¡Dios todo poderoso! ¡no, no! ¡Claro que oían! ¡Y sospechaban! ¡Lo sabían! ¡se estaban burlando de mi horror! Todo  era preferible a esta agonía, cualquier cosa era más soportable que este espanto ¡Ya no aguantaba más esas hipócritas sonrisas! Sentía que debía gritar o morir. Y entonces, otra vez, escuchen… ¡más fuerte…, más fuerte…,más fuerte…,más fuerte!”
En este fragmento creo que queda clara, la forma en que escribía Edgar Allan Poe; el caso es que él hablaba de lo que sentía el corazón y la mente de las personas, en un momento en el que experimentaban la sublimidad de éstos; y por ende, su redacción es, me parece, sublime.
EL tópico del párrafo que cité, es el de la desesperación de un alma que tiene en su consciencia un asesinato, un alma que sobrepone sus impulsos pero que se carcome por dentro en ansias de descansar y de liberarse de la culpa que le oprime y le deja sin razón. Esta desesperación es exquisitamente sublime, porque provoca que nos invada con el desasosiego de su misma desesperanza; inevitablemente la confrontación de sentimientos magnifica la sublimidad del relato, nos sentimos horrorizados con su desesperación, es un asesino y aun así compartimos su agonía, oímos el latido, sentimos la aniquilación de nuestra propia imaginación cuando el relato nos traspasa, nos desborda y formamos parte de esta  desesperación, sublimemente descrita.
Para terminar deseo agregar una frase que refleja un sentimiento irrazonable, pero que mas bien por si misma, todo lo que incluye y el significado una vez escrita es en extremo bella.
“La vida del reloj de ébano se extinguió con la del último de aquellos seres felices. Y las llamas de los trípodes se sofocaron. Y la Oscuridad, y la Decadencia y la Muerte Roja lo dominaron todo.”
Compartir