EL SUFRIMIENTO NEURÓTICO: EL MASOQUISMO

Por Cinthya Trejo Z.

 El  neurótico pasa gran parte del tiempo en constante sufrimiento y lo llega a ocupar como estrategia para lograr sus objetivos, por ello su neurosis y su angustia no lo dejan vivir tranquilo. Suele parecer que está en una cómoda posición aunque no sea así.

La  obtención  de  placer  a  través  del  sufrimiento  constituye  un  difícil problema  y  por ello podríamos decir a simple vista que el neurótico tiene una tendencia a lo que llamamos masoquismo moral. Pero repasemos ahora que es lo que lleva a que el neurótico sufra o más bien tenga una tendencia a sufrir, ya que no es lo mismo tender a sufrir que sufrir por una causa real. Pese a que exista una causa real y por tanto sufrimiento real puede no tenerse la tendencia a sufrir. En las neurosis ocurre lo mismo es decir, ellas nada tienen que ver con un deseo  de  sufrir si no que son las consecuencias de  los  conflictos internos de la persona neurótica.

Todos estos conflictos y contradicciones del sujeto respecto a  sus afectos y conductas, así como sus necesidades neuróticas son los que traen consigo un gran dilema y que  casusa también dicho sufrimiento en la persona, es decir se encuentra en un callejón sin salida donde solo existen caminos contradictorios; estos sufrimientos por tanto no son causados por su tendencia a sufrir. Sino por la percepción que tiene de la situación.

Pero el neurótico mantiene esta tendencia, por tanto estos lo podemos catalogar como impulsos masoquistas. El neurótico tendera siempre a sufrir e incluso parecerá que busca las condiciones o problemáticas para mostrarse sufriendo, esto como se menciono, cumple funciones y objetivos para la persona.

«Freud extiende la noción de masoquismo más allá de la perversión descrita por  los sexólogos: por una parte, al reconocer elementos masoquistas en numerosos comportamientos sexuales, y rudimentos del mismo en la sexualidad infantil, y, por otra, al describir formas que de él derivan, especialmente el «masoquismo moral», en el cual el sujeto, debido a un sentimiento de culpabilidad Inconsciente, busca la posición de víctima, sin que en ello se halle directamente
Implicado un placer sexual.»

¿Por qué valdría la pena sufrir?

El  sufrimiento puede usarse como  defensa y protección ,  también como técnica  para  obtener  lo  que se quiere,  para  realizar  y justificar sus exigencias etc.  También tenemos que el sufrimiento y la indefensión son estrategias para obtener cariño, protección, apoyo, dominio sobre sí mismo y para evitar las exigencias de los demás; de igual manera este cumple la  función de recriminar a los demás, de manera encubierta. Sin embargo pese a que el neurótico puede usar el sufrimiento como estrategia, un elemento a favor de la idea de que el neurótico en verdad quiere sufrir es que notamos que en muchas ocasiones sufre más de lo que justificaría la necesidad estratégica, tiene una tendencia a exagerar su infelicidad, a hundirse en sentimientos de indefensión y  automenosprecio. 

young woman holding happy mask

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Aun así,  el  neurótico  obtiene  un  beneficio,  ya que si bien  el  sufrimiento  es  doloroso,  el  abandonarse  al  sufrimiento excesivo puede obrar como un atenuante del dolor, los   impulsos   masoquistas   revelan   motivos   entonces comprensibles. Es importante aclarar que todas estas tendencias masoquistas  tienen cierto  sentimiento  de  intrínseca  debilidad, la cual se refleja ante el mundo y ante uno mismo. Por ello es probable encontrar que el neurótico puede tender a la  subordinación y sumisión, a la exageración defensiva del dominio de sí mismo y a  ceder  a  los  impulsos con culpa, a la necesidad neurótica de cariño y por tanto al temor exagerado de ser reprendido. Se tiene entonces un sentimiento   de   no   tener   nada de responsabilidad ni de control sobre lo que le sucede, actuando por ello pasivamente ente sus problemas y ante su mundo, y teniendo un control externo. Pero tal  sentimiento  de  debilidad intrínseca no es un hecho real: lo que se experimenta como debilidad y  lo que semeja serlo no es sino el resultado de una inclinación hacia la debilidad, casi una preferencia por la debilidad o la postura pasiva, mostrándose en la mayoría de las  actitudes del neurótico. (“La  satisfacción  que  el  neurótico  busca  parece  ser  la  de  debilitar  o  aun extinguir  su  misma  individualidad”). 

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Que viene con el sufrimiento

El neurótico, en su masoquismo tenderá al abandono de sí mismo ya que la satisfacción que persigue no es la de sufrir, sino la de autoabandonarse. Pero en las personas que padecen este sufrimiento la debilidad  no  brinda  la  satisfacción de forma consiente. La debilidad da la confirmación tangible que la persona neurótica busca de su desgracia, sin importar el objetivo que implique. Esta insatisfacción o mejor dicho satisfacción mal lograda también se pude explicar tomando en cuenta todos los  elementos destructivos de las neurosis. El neurótico será entonces capaz de abandonarse con tal de “demostrar” que su neurosis está justificada, mantener una dosis de sufrimiento que parezca sensata ante esta postura se vuelve una nueva necesidad.

Por último, en el neurótico existirá también el impulso al olvido, evasión y negación, ya que intentara librarse de todos sus “demonios” internos por así llamar a todos estos conflictos indisolubles que le causan sentimientos igualmente desagradables. Actuando como si no existiesen, y prolongando los efectos negativos de su presencia. 

 

“El neurótico no desea sufrir, su sufrimiento es solo el precio que tiene que pagar”. K. Horney





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