LA CRISIS DE LA PSICOLOGÍA

LA CRISIS DE LA PSICOLOGÍA

Pretendo abordar en este texto, no un deterioro, precariedad y mucho menos dificultades serias dentro de la disciplina. Sino más bien el proceso que ha llevado al avance de esta ciencia.

En distintos aspectos, diferentes necesidades han podido ser “cubiertas” por nuestra disciplina, algunas nos atañen y habíamos tardado en responsabilizarnos y otras no, pero ponemos de nuestra parte, la psicología al servicio de estas necesidades, de carácter social, cultural, ético, científico y de divulgación.

EFECTOS DE LA CRISIS

La crisis a nivel individual, social o institucional, ha sido poco influyente en la psicología dominante, los cambios en ésta  han sido realmente escasos. Los efectos de la crisis han sido en realidad profundos y probablemente irreversibles en estos niveles, pero la psicología ha conseguido mantener un poco al margen.

La perspectiva optimista de quienes afirman que a partir de los años 70 y como consecuencia directa de la crisis se ha venido gestando en nuestra disciplina un nuevo paradigma caracterizado por el énfasis en los aspectos históricos, dialecticos y simbólicos de la conducta humana, el interés por la ideología, el reconocimiento de carácter activo de las persona, la preocupación por  el cambio y la resolución de los problemas sociales y el estudio de la vida cotidiana y la utilización de métodos alternativos de investigación. Han dado a la Psicología un carácter asistencialista más que proveedor, con soluciones emergentes más que planteamientos teóricos enfocados a la resolución de los conflictos que incumben a quienes beneficia (o que sería recomendable que beneficiara) esta hermosa ciencia.

La crisis con sus componentes institucionales, académicos y personales, ha sido muy útil u fructífera, para algunas otras disciplinas, como suelen serlo generalmente las crisis al convertirse por el conflicto, cognitivo y no cognitivo que producen, en un verdadero motor del cambio social. Así, en algunas otras áreas de estudio, como la economía, el derecho, la política, la ecología, la biología y la medicina, la crisis ha tenido su efecto en cuatro ejes principales:

  1. Ha fomentado la búsqueda de métodos menos obstructivos que los utilizados habitualmente y, en todo caso, ha hecho posible que se acuda, sin complejo de inferioridad alguna, a métodos no experimentales.
  2. Ha permitido la ampliación del marco teórico en que deben desenvolverse las investigaciones, incrementándose así la presencia de perspectivas poco habituales.
  3. Ha servido para poner de relieve el compromiso sociopolítico de muchas áreas de conocimiento, ciencias y disciplinas, y su enfoque proactivo.
  4. Han ayudado poderosamente al desarrollo y fomento de la aplicación en nuevas áreas de estas disciplinas abarcando más campo de acción, permitiendo además aumentar el campo laboral y mejorar la percepción y el reconocimiento de las mismas.

Tras la crisis las cosas ya no volverán a ser como antes eran. Y en respuesta algunas disciplinas van adquiriendo legitimidad, reforzándola o aumentándola.

Algunas características de la legitimidad son:

1.  Un mayor y más estrecho funcionamiento interdisciplinario.

2.  Un análisis metateorico que nos permita contemplar el quehacer científico, sus alcances, aplicaciones y potenciales.

3. Una perspectiva de construcción social.

4. Establecimiento de un respaldo lingüístico (no confundir con el posmodernismo). Que respalde la difusión y el acercamiento de estas disciplinas a la población en general.

La historia de la psicología, como la del resto de las ciencias sociales va estrechamente unida a la historia de la modernidad y del desarrollo de la humanidad. De ahí que a la actual crisis le acompañe también una crisis en la psicología.

¿Estamos respondiendo bien a esta crisis?

La psicología, clínica y social, deberán cambiar y adoptar los postulados básicos del pensamiento post-moderno. La psicología en sus bases teóricas, quizá no cambiará mucho en los próximos años, ya que resulta difícil reconstruirla, pues tiene mucho peso las rutinas académicas y de investigación. Y las malas praxis que se han ido arraigando en el desempeño “coloquial” de nuestra disciplina.

La psicología experimental sigue siendo dominante. Sin embargo ha caído en un desligamiento hacia sus aplicaciones. Dejando espacio para las pseudociencias, y el desempeño sin sustento teórico y mucho menos científico, pero que proporciona soluciones prácticas, aunque no funcionales.

psicologia

Conclusión.

Distintas crisis han conformado parte de la historia de la psicología, clínica, social y experimental. Incluso es por muchos conocido el apogeo que esta ciencia adquirió a través de la Gran Guerra (Guerras Mundiales).

Existen efectos de la crisis actual (sociopolítica y cultural) en la psicología, pero no están siendo ni controlados, ni previstos, ni aprovechados. Como he mencionado, de hecho han dado pie a que se desestime nuestra disciplina como constructora de cambios sustanciales, y a que se adhieran prácticas poco profesionales. A que caigamos en la palabrería para definir conceptos básicos y que vaciemos los anaqueles teóricos buscando argumentos, cuando quizá deberíamos replantearnos algunos.

¿Estamos respondiendo bien a esta crisis?

No. En México se ocupa una frase que aplica a esta situación. “Nos estamos durmiendo en nuestros laureles”. La Psicología tiene mucho más que aportar, puede regularizarse más y puede ofrecer una perspectiva científica que a la vez aporte soluciones, que no solo observe para determinar, sino que determine para construir. Ya se hace, claro, con honrosas excepciones y es ahí donde encontramos su funcionalidad, por ejemplo, en actividades proactivas en comunidad, investigaciones de problemáticas sociales con planteamiento de soluciones, prevención, tratamiento, replanteamiento de algunos conceptos y análisis y artículos que generan suficientes respuestas, y suficientes preguntas, etc.

La psicología no está en crisis, no hay mucho de qué preocuparse en este sentido, pero el contexto en el que nos desarrollamos es una crisis en sí misma. Y no aportar positivamente a este trance sociocultural y político, deja en la barrera a la psicología, donde no le afecta, ni para bien, ni para mal.





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FRAGMENTOS

Fragmentos

Blog de Julene Iriarte

Les dejamos este texto. Reflexión que esperamos se sintonice con lo que a nivel nacional y más de un a vez a nivel internacional, esta ocurriendo.

LA IMPOSIBILIDAD DEL MEXICANO

Nací de una raza triste,
de un país sin unidad
ni ideal ni patriotismo;
mi optimismo
es tan solo voluntad;
obstinación en querer,
con todos mis anhelares,
un México que ha de ser
a pesar de los pesares,
y que yo ya no he de ver…

Amado Nervo, Mi México

LINK

El mexicano promedio de hoy en cifras
Nací de una raza triste,
de un país sin unidad
ni ideal ni patriotismo;
mi optimismo
es tan solo voluntad;
obstinación en querer,
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HABITUACIÓN A LA VIOLENCIA

Por Fernando Arrieta L.
No es nuevo para nosotros que en un grado ascendente la violencia ha ido abarcando más áreas de nuestra vida cotidiana. La violencia de género y la inseguridad han sido temas centrales en la vida del ser humano comúnmente, y vivir en México e incluso ser ciudadano mexicano desafortunadamente determina coexistir con esta realidad.

 

Pero hoy en día la influencia de la violencia, la vivencia y los alcances de la misma han llegado a ser algo generalizado y si bien los tintes aun no llegan a la normalidad estadística, lo común de los incidentes lo convierte en un problema social.

 

Son muchos los aspectos que aquí influyen además de las costumbres arraigadas, entre ellos los medios de comunicación. El internet es una puerta abierta a la información a través de la cual se vislumbran desde crímenes atroces y deleznables, hasta posturas políticas socialmente aceptadas que no por eso dejan de ser violentas. Y es curioso que sea justo este medio, el que gracias a la libre expresión permita deliberar y dar paso a las ideas, a las opiniones que por contrarias, en ocasiones suelen terminar siendo contradictorias. El odio con que se rechaza el odio. Pareciera ser un eslabón perdido en la cadena de incidencias de una especie que se ataca y se agrede a sí misma.

Por otro lado tenemos los noticieros, los periódicos de nota roja, los programas radiofónicos que mutilan la verdad más que informar, que aportan elementos y no argumentos, que intentan armar una escena del crimen digna de algún programa de TV. No se trata de que se oculte la información. Pero en ocasiones es innecesario ver la decapitación de un ciudadano extranjero para entender que aquel otro ciudadano oriundo, quien sujeta el arma, ha intentado defenderse de la manera más precaria y primitiva pero posible. Con violencia.

 

¿Y si uno apaga la Televisión, o no da clic en el link que “presume” el video aquel? Entonces se resuelve el conflicto. Falso. Porque la violencia se ha arraigado en nuestra vida como una plaga se abraza a un sembradío. En el transporte público al ir a la escuela o el trabajo, a través del bullying o el abuso laboral, con las miradas de crítica por nuestra apariencia, vestimenta, estilo de vida o preferencias sexuales, religiosas o políticas. Con las llamadas para presionar pagos de deudas bancarias, con las llamadas de extorsión. La violencia que sufren las mujeres y hombres con sus parejas, amigos, con quien les renta o les presta, con sus jefes, con sus colegas. Con aquel compatriota que navega con la bandera de la “Ley de Herodes”.

 

La violencia no nos ha consumido. Nosotros la estamos consumiendo. 

 

¿Por qué? Quien quiera es consciente de lo que acabo de escribir, no es nuevo, es secreto a voces. Pero cuando llega el momento de evitarla, de hacer algo al respecto, caemos victimas de ella. Cuando lo consciente debería imperar, cuando la voluntad de hacer lo contrario debería imponerse, caemos en el condicionamiento del que hemos sido objeto durante décadas. 

 

Habituación.

 

Es el fenómeno psicológico a través del cual un organismo es capaz de aumentar el umbral de percepción de un estímulo cuando este se le administra gradualmente. Llegando a necesitar más cantidad de dicho estímulo para ejercer una respuesta condicionada. Sin embargo se llega incluso al punto en que el organismo deja de percibir por completo el estímulo. 

 

Basta con abordar este tema en la problemática de la violencia de pareja.

 

“La habituación a la violencia hace que la mujer no perciba conductas violentas como agresiones, sino como parte natural de la relación de pareja. Primeras peleas, pequeños desacuerdos o conflictos en intereses, tiempos o proyectos. En este periodo de habituación, las mujeres se van adaptando (habituando) a una violencia un poco más intensa cada vez, van perdiendo (si alguna vez tuvieron) redes de apoyo familiares, de amistad, acceso a los recursos económicos y a la documentación necesaria para su independencia y autoprotección. Cuando la mujer llega a darse cuenta de su situación ya está experimentando las secuelas de la violencia (falta de autoestima, sentimiento de impotencia, dificultad para planificar adecuadamente, desesperanza, miedo, ansiedad…) lo que puede suponer un bloqueo o incapacidad para romper con este ciclo.” (Artículo de la Pág. Muchas Vidas Psicología.)

 

O bien en los antecedentes que se manejan como explicación del acoso escolar.

 

“Milagros Figueroa señala que resulta difícil especificar las causas de estos comportamientos. Precisa que algunas teorías psicológicas indican que un hostigador es una persona que nació y ha crecido en un ambiente violento, donde aprende que cuando quiere algo tiene que tomarlo o pelear por él. Esta habituación en el ámbito familiar va a ser internalizada por el individuo, de manera que cuando sale a otros ambientes y quiere algo, repetirá ese comportamiento.” (Revista ¿Cómo ves? UNAM.)

 

Como conclusión, si bien el ser humano tiene en su historial evolutivo la violencia y la agresión. Los alcances que se han tenido de esta “nueva violencia” parecen cegarnos con su magnitud. No es que no nos demos cuenta, es que no reaccionamos ante ella. Nos hemos habituado.

 

Esto no empezó de golpe, la reacción sería más enérgica de parte de todos y podríamos erradicarla desde los confines más propios para empezar. Comenzó de a poco, como un virus, con notas aquí y allá, con periódicos acercando cada vez más a la portada la imagen ensangrentada, con comportamientos que rebasan el “llevarse pesado” de la escuela, que ya radican en conflictos con los derechos humanos básicos. Con la impunidad que reina en las redes sociales y que se confunde con libertad de expresión y con la impunidad que reina en las relaciones interpersonales y que se confunde con amor, afecto o liderazgo según sea el caso.

 

Para muestra un ejemplo. Hacia la década de los 90´s Daniel Arizmendi “El Mochaorejas” abarcaba titulares en México y espacios televisivos por su modus operandi, ya para esos años el secuestro era algo bastante común, sin embargo, desato especial interés la violencia con la que actuaba. LINK
Quien lo recuerde, aquella sentencia de casi 400 años parecía corta una vez que lo detuvieron para tan atroces crímenes. Hoy por hoy, asesinos y secuestradores así, los hay por montones, muchos de ellos también salen en los titulares pero no son necesariamente perseguidos por sus crímenes. Hoy por hoy, el secuestro es lo de menos, y alguien que “mochara orejas” ya no nos sorprendería, cuando lo que se coarta son vidas enteras y las de los familiares y allegados.

 

Que si el gobierno lo permite y el sistema de justicia es corrupto y negligente. Claro, lo favorece. Pero solo hace falta leer nuestros mensajes de texto, nuestros tuits, salir a la calle, a la tienda, a la escuela, para ver que poco a poco, como pequeñas gotas de lluvia, la violencia ha caído sobre nosotros, hasta convertirse en una tormenta casi sin darnos cuenta. La protesta es infértil en ocasiones, la indignación no basta. Ocurre como en la habituación a la violencia de género, consecuencia de las dosis medidas de violencia gradualmente creciente. Porque hemos hecho de la violencia una forma de vida, un estilo de vida al que nos hemos acostumbrado, que ya no percibimos en su justa magnitud y nos vuelve simples espectadores mientras nos llega el agua al cuello. Antes de que quedemos sin oportunidad de defendernos. 





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TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS EN ADOLESCENTES

Actual generación de adolescentes, con mayor prevalencia en trastornos psiquiátricos

Los primeros hallazgos comparativos de la Encuesta de Salud Mental Adolescente que se realizó en el Distrito Federal y área conurbada “sugieren” que la generación actual de adolescentes tiene una mayor prevalencia de trastornos psiquiátricos que las generaciones anteriores en esta etapa de desarrollo.

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Bullying y Educación

Bullying impide el proceso de enseñanza: OCDE

Los resultados del Estudio Internacional sobre la Enseñanza y el Aprendizaje, TALIS por sus siglas en inglés, revelan que las condiciones de violencia y las agresiones entre estudiantes impiden el proceso de enseñanza por lo menos una vez a la semana en escuelas secundarias del país, mientras que al menos 10 por ciento de los maestros de ese nivel educativo indican que se presentan estos factores de agresión. 

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Sin título

LA LEY DE HERODES Y EL PENSAMIENTO MÁGICO

Ideologia del Mexicano

Por Fernando Arrieta L.

Tan conocida, y tan aplicada. Pareciera un concepto que se quiera o no, ya traemos todos integrado. La psicología social maneja muchos conceptos a través de los cuales explica la conducta del individuo cuando este se encuentra en una sociedad y una cultura. El ser humano es uno como individuo y otro como masa. Pero que pasa cuando no es la masa lo que afecta al individuo, sino al revés.
Muchos son los mecanismos de defensa que, como si fueran una mascara utilizamos al convivir con otros seres humanos, pero que hay de las cogniciones, que basadas en la racionalización y la intelectualización nos otorgan mascaras mejor realizadas, por asi decirlo, nos dejan menos descubierto. Las cogniciones, o ideas, en México adquieren un valor especial, son incluso reconocidas como sabiduría popular, refranes, dichos, palabras, que nos vuelven un pueblo y nos identifican como mexicanos. Muchos son buenos, nos permiten tantear terreno sobre la idea publica de lo correcto o lo incorrecto, de las consecuencias de las cosas o lo permisivo dentro de nuestra propia cultura, pero, y que pasa con los negativos, los que se vuelven un pretexto para actuar o dejar de hacerlo, que pasa cuando el individuo ocupa a la masa como pretexto para su propia desintegración, y cuando este individuo desintegra de a poco al resto de la masa.
Somos átomos de uranio provocando una reacción en cadena que puede hacer estallar esto que llamamos sociedad, y todo por qué, por una simple idea que nos “permite” ser de tal o cual manera, por una sola frase que nos prohíbe entender al otro, y entendernos a nosotros mismos. Pero ¿Qué mas da? Si, así es el mexicano en general, y así aplica para México, porque aquí en México aplica la ley de Herodes, o te chingas o te jodes.
Este dicho tiene sus orígenes en la narración cristiana sobre la ejecución que ordeno Herodes al saber que nacería un nuevo rey que podría poner en riesgo su gobierno. No encontré referencias históricas y no se, aunque lo dudo, si en México la frase tenga algo en relación a ello. Pero el principio y la idea básica es la misma, eliminar, atacar o actuar, arbitrariamente cuando no se sabe que hay que eliminar, atacar, o como hay que actuar. Dando como resultado una sola opción, o SÍ o SÍ.
Mi objetivo no es hablar de lo autoritaria que suena la frase, ni de que tanto o que tan alto en nuestro país se ha convertido más en una doctrina que en un mero dicho. Sino de por qué la hemos adoptado a tal grado que merma la convivencia social y el progreso de una sociedad que por donde se vea tiene el potencial pero no lo ha desarrollado.
Hay un punto central desde mi opinión para que esto se de, el pensamiento mágico, como característica del pensamiento social de México, en el que todo lo bueno y lo malo viene de afuera, de los otros, en el que no tenemos responsabilidad con nada ni con nadie, en el que somos simples espectadores de un show que nos tiene como protagonistas. Pisamos a los otros porque nos estorban y lo que pretendemos es subir a costa de lo que sea, no nos hacemos responsables de nuestros propios actos y culpamos a los demás, el gobierno tiene la culpa, el presidente, Estados Unidos, cualquier cosa que no represente tener que aceptar nuestros errores. Desde el momento en el que fuimos conquistados, el interés individual y el pensamiento mágico fueron nuestra perdición, Moctezuma II creyó que seria el “único” en ser salvado al aceptar en la gran Tenochtitlan al Dios Quetzalcoatl quien había prometido volver. Los fundamentos de nuestra cultura se encuentran en la religión cristiana, inculcada como método de opresión en nuestros antepasados, cuestión que incluso hoy en día vuelve la fe, un instrumento para actuar, y no el actuar un instrumento de la fe. Muchos son los ejemplos que se pueden mencionar, incluso en el ámbito deportivo, los triunfos son individuales, el deportista mexicano no sabe triunfar en grupo, se boicotean unos a otros.
Quiero recordar una metáfora que me conto un profesor de la Facultad de Psicología, el prof. German Álvarez Díaz de León, en una cubeta pusieron unos cangrejos, después de un tiempo cuando ninguno lograba salir de la cubeta se dieron cuenta de que cuando uno se esforzaba y comenzaba a trepar, los otros lo jalaban, lo detenían, como dato esos cangrejos eran mexicanos. El ejemplo nos ha tocado vivirlo a todos, y esto no es una critica contra los mexicanos ni mucho menos, es una petición para nosotros, para todos, para que modifiquemos ese esquema de comportamiento, para que cuando uno emerja le apoyemos y lo ayudemos a salir, para que veamos por el bien de los demás, con responsabilidad y sentido, y no solo por el nuestro, nuestros intereses son pocos cuando son individuales y muchos cuando son los de la sociedad, pero cuando entendamos que de verdad muchos de esos intereses son comunes, el esfuerzo se conseguirá dirigir hacia una misma dirección. Demos un giro a esto, evitemos el te chingas o te jodes, como dice la ley de Herodes, y demos opción al triunfo a la realización, pensemos en el otro, aceptemos nuestras responsabilidades, como ciudadanos, como padres, como familia, como amigos, compañeros, empleados, estudiantes y como mexicanos. El cambio no vendrá de un partido político ni mucho menos de un candidato (Cualquiera) creado y diseñado a partir de esa ley, el cambio debe de ser propio, de ideología, de pensamiento, la manera de ver el mundo y a nosotros mismos. Pensemos en que si a alguien o chingamos o jodemos, alguien estará tratando también de chingarnos o jodernos. Si a alguien apoyamos o ayudamos, alguien estará también tratando de apoyarnos o ayudarnos. Dejar de boicotearnos como mexicanos con cogniciones equivocadas. Dejar por fin, de regirnos por la ley de Herodes, ya que hasta  la fecha nos ha terminado chingando o jodiendo.
Hay mexicanos que lo han modificado ya, que piensan de distinta manera, es posible entonces, cambiar años de cultura y de ideología del mexicano, por una renovada ideología del individuo en la cultura mexicana, que suena parecido pero es muy diferente.
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Inician las XVI Jornadas de Psicología en el CUSur

Con la conferencia magistral “Perfilación forense y criminológica de las ejecuciones en México” a cargo del doctor Alfredo Rodríguez García, iniciaron las actividades de las XVI Jornadas de actualización en Psicología del Centro Universitario del Sur (CUSur).

http://www.periodicoelsur.com/noticias_guzman.aspx?idnoticia=69774

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PSICOLOGÍA CRIMINAL O PSICOLOGÍA CRIMINOLÓGICA EN MÉXICO
Una perspectiva psicosocial del area de interes de esta disciplina
El delito en México es un problema multifactorial, que radica en principios básicos sociopolíticos, como la desigualdad, la corrupción y la impunidad de instituciones inadecuadas que no mantienen un Estado legal y jurídicamente funcional.
Pese a que se presentan pasos en la dirección adecuada pareciera insuficiente la existencia de escuelas Criminológicas y sus respectivas ramas, así como de una incipiente Psicología Criminal. Ya que estas sin una adecuada aplicación, ni adecuación académica y disciplinaria (como ciencias), resultan insuficientes. 
La situación actual de la criminalidad en México y los planteamientos con los que se ha “combatido” a través de la llamada guerra contra el narcotráfico, parecieran volver cas banales los avances en Psicología Criminológica en México, ya que la aplicación de peritajes, los modelos de intervención readaptativos, de prevención y los tratamientos como la rehabilitación, así como los estudios estadísticos quedan reducidos en efectividad ante una mala legislación, un marco jurídico corrupto y anticuado y un Estado que actualmente vive una crisis económica, política y social. No existe en otras palabras un respaldo lo suficientemente fuerte que enmarque el quehacer científico de estas disciplinas.
Si bien no es el problema principal la corrupción, si es uno de los más amplios, ya que esta abarca a los órganos destinados a impartir justicia y plantear las leyes, de los cuales afortunada o desafortunadamente depende la Criminología, y la Psicología Criminológica.
Es responsabilidad de los profesionales, los investigadores y todos los miembros del campo científico de la Psicología Criminológica el no decaer, en el planteamiento de modelos de intervención, en la búsqueda de nuevos y mejorados campos de aplicación que vuelvan cada vez, con mayores y mejores resultados, el sistema Jurídico penal, funcional y moderno, características que lo volverán no solo adecuado sino ideal para la situación criminológica que se vive hoy por hoy en el país. 
Y es responsabilidad de la ciudadanía, propugnar con mayor integración al ámbito sociopolítico del que forman parte, la mejora de las instituciones gubernamentales, y de los órganos dependientes que legislan y aplican la ley. Ser partícipes y creadores de nuevas estrategias que permitan una actividad coherente en contra de la criminalidad que se experimenta en México; y conjuntamente con los profesionales, investigadores y científicos de la Criminología y la Psicología Criminal, plantear soluciones alternas que se enfoquen en los tres campos primordiales del estudio del fenómeno del delito, el cómo se delinque, quién o quiénes delinquen, y por qué lo hacen, y así mismo plantear y estructurar una intervención científica y ciudadana que permita intervenir, tratar y prevenir el fenómeno.
El cambio es de fondo, las iniciativas se solicitan de un momento a otro pese a reconocer desafortunadamente años de insuficiencia gubernamental, y autoinsuficiencia ciudadana; pese a no ser una labor fácil, es una labor posible, realizable y sobre todo, necesaria.

El punto de encuentro en el que se cruzaron la Criminología y la Psicología, es posiblemente un hito dentro ambas áreas de conocimiento; si bien la historia de ambas ha estado entrelazada e incluso es semejante, es cuando se encuentran, a primera conformada como ciencia, y la segunda interesada (nuevamente quizá) en la Criminología y por ende en el fenómeno criminológico, cuando se presentan los mejores avances tripartitos, de cada una por separado y del producto de dicho encuentro, la Psicología Criminológica.

La Psicología Criminológica es una rama, neocientífica que realza la importancia de la personalidad del sujeto que delinque, así como los factores biopsicosociales que intervienen ya no solo en la personalidad sino en la comisión, el cómo, el quién y el por qué, del delito. Identificados están los aspectos psicológicos de la criminología, y los aspectos criminológicos de la psicología, diferenciados en el hombre antisocial delincuente, y en los aspectos de evaluación psicológica o peritajes, por ejemplo.
Pese a ello, y pese a reconocer el enorme avance y auge que han tenido en México estas ciencias, terminan por ser otros los factores que vuelven compleja su situación. La criminalidad en el país es un problema que se está volviendo cada vez más difícil de manejar, y las respuestas gubernamentales y de la ciudadanía parecieran no solo insuficientes sino débiles. Todo ello, aunado otros serios problemas sociopolíticos, han llevado a un punto decisivo en la Psicología Criminal, e incluso, en la Criminología; si bien su labor se ha visto dificultada e impedida, es el momento en el que como toda ciencia, se verán en la necesidad de seguir contribuyendo a la mejoría efectiva de una sociedad que reconocidamente se ha vuelto caótica. 
El objetivo no es fácil, el camino recorrido ha sido adecuado pero corto a la vez, los pasos largos y en la decisión correcta, los avances determinantes están por venir, somos una amplia variedad de sectores que participaremos en ellos, está en nuestras manos, que las acciones se vuelvan determinantes y definitivas en una dirección positiva.
Comparto tambien un breve ensayo realizado por Amalio Blanco, catedratico de la Universidad Autónoma de Madrid. El texto se titula La zona Gris: una aproximación psicosocial a la violencia. Y aparecio en el numero 1 del presente año de la revista Mente y Cerebro.

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