Obras de Sigmund Freud Completas.

A manera de difusión, les compartimos las Obras Completas de S. Freud. En un compendio de 29 tomos y en formato PDF. Para ayudar a estudiantes de Psicología y carreras afines, o simplemente a quien quiere conocer la obra de Sigmund Freud, pionero en la Psicología y el Psicoanálisis, y uno de los pensadores más influyentes de inicios del siglo XX.





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ETAPAS DE DESARROLLO (F. Dolto)

ETAPAS DEL DESARROLLO (Vistas por F. Dolto)

Por Cinthya Trejo Z.

En los siguientes días iré presentando las etapas del desarrollo del niño vistas por Françoise Dolto en su libro “Psicoanálisis y pediatría” el cual es ampliamente recomendable, cada día publicaré una etapa de desarrollo para poder conocerlas a detalle.
 
ETAPA ORAL:
Fase de organización libidinal que va del nacimiento al destete, colocada bajo la primacía de la zona erógena bucal. En esta etapa se da el placer de la succión independientemente de las necesidades alimenticias y es un placer autoerótico, un tipo de placer narcisista primario, autoerotismo original en el que el niño no tiene aún la noción de un mundo exterior diferenciado de él. El niño ama al igual que a si mismo todo lo que se le mete en la boca y por extensión  a la madre ligada necesariamente al placer de mamar y a la que se identifica en consecuencia. Todos los momentos de sensación placentera se ligan a la presencia de la madre llegando a ser un objeto de amor dada esta asociación. La actitud frente al mundo exterior va a conformarse a este modelo de relación amorosa.
El niño se lleva cosas a la boca que le gustan o interesan y el placer de tener lo confunde con el placer de ser. Poco a poco el niño se identifica con la madre en un primer modo de relación que subsistirá toda la vida, el niño se va a desarrollar almacenando pasivamente las palabras, sonidos, imágenes y sensaciones, Así se desarrolla la primera forma de la etapa oral la forma pasiva, las primeras palabras serán ya una conquista que exige esfuerzo el cual será  recompensado. 
Paralelamente a este proceso aparecen los dientes del niño , el niño mordisqueo entrando en un periodo oral activo, morderá todo lo que pueda incluyendo el seno materno y por ello ya que este mordisco es su primera pulsión agresiva la manera en que la madre lo permita o no, es trascendental .  si en este momento la madre comienza el destete el niño se sentirá castigado y frustrado ya que pensara que es la consecuencia de su agresión (mordisqueo) y si un destete brusco priva al niño del seno materno sin que este haya desplazado aun su catexis libidinal sobre otros objetos puede quedar fijado a una modalidad oral pasiva.
También es en esta etapa cuando se forman los caracteres egoístas de tipo captativo, sujetos que buscan en su vida genital sin distinción de sexo, eligiendo conforme al modo de relación objetal oral y donde su objeto de amor deberá desempeñar para el papel de madre alimentadora. En el adulto sano que puede tener una regresión objetal y no libidinal las crisis de bulimia pueden remplazar el acto sexual y la anorexia mental simbolizar el rechazo de la sexualidad.
En esta etapa el tipo de pensamiento es de tipo onírico, seudoalucinatorio, esto se puede inferir basado en observaciones con adultos cuyos síntomas se remiten a este estadio arcaico y observando que los lactantes de pocos días tienden a  llorar y abrir la boca estirándola de lado cuando tiene hambre como para alcanzar el seno (esto parece ser una alucinación táctil).





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Psicoanálisis silvestre

Con alusión al documento escrito por el padre del psicoanálisis Sigmund Freud en 1910.

El psicoanálisis, es, valga la expresión, un arte; y no lo es porque este basado en la cultura, en lo bello o lo sublime o porque provoque a nuestros sentidos una exaltación casi inconcebible.
Es un arte porque requiere seguir su desarrollo encuadrado en una disciplina, es un arte porque se vale de la creatividad y talento de quien lo practica; consiste en una responsabilidad mediante la cual las aptitudes y capacidades del artesano, o el artista por decirlo así, del psicoanalista, dan o no un resultado favorable. Siguiendo con la comparación la obra del artista cautiva o no.

El psicoanalista, como el artista, no se desarrolla en cualquier individuo, sin embargo, a diferencia del artista, no es necesario un talento innato, si bien ayudaría mucho de principio. El punto central del escrito en el que Freud nos habla del “psicoanalisis silvestre o salvaje” es precisamente éste, no cualquiera es capaz de entender y reproducir los conceptos del psicoanálisis. Es por tanto un arte del cual, el cultivo, conocimiento y maestría, forman parte esencial.

Queda claro que no se pueden dejar de lado partes fundamentales, si se psiconaliza, se hace de forma completa, concisa y efectiva. No se pueden tampoco dejar de seguir los parámetros de la terapia, se debe tener cuidado con lo que se le dice al paciente, y sobretodo, se debe conocer con certeza, todo el panorama que abarca este arte llamado psicoanálisis.

Cuando se piensa en la posibilidad de conseguir curar o superar una enfermedad de tipo neurótica, a través de su justificación en la somatización del paciente; como dice Freud, todo parece facilitarse de forma extraordinaria; sin embargo, es como si el paciente se plantease para sí mismo una razón que le deje tranquilo, basada en encontrar una causa al estado anímico respecto a las condiciones orgánicas; y a esa conclusión, cualquiera podría llegar, sin necesidad de médicos. Un origen psicológico respecto al origen orgánico, inhabilitaría la utilidad de la psicología. No podemos olvidar lo subjetivo, hacerlo sería perder esa parte exquisita, de la neurosis científica, en que no todo se basa en ver para creer.

De este modo el médico, no adrede claro está, puede perder el fin esencial de la terapia, y entre ello olvidar el propósito del psicoanálisis o peor aún el del psicoanalista también. Por el manejo que se da del caso, un médico puede desvirtuar la razón primera que ha causado el diagnóstico ya conocido; eso, claro está, si por fortuna se ha obtenido un diagnóstico adecuado y correctamente establecido. Después, podría dar una solución con varios detalles erróneos: el primero, ser innecesaria o no ajustable al padecimiento que se pretende erradicar, por ser éste equivocadamente diagnosticado; el segundo, dar una orden expresa, mediante la confianza de ser “el médico” y dictaminar cómo y por qué el paciente debe seguir su consejo para recuperarse. Y tercero y último, un arma de doble filo, decir al paciente con total honestidad, de forma tan directa, y en un momento tan pronto, sus padecimientos, qué los causa y dónde y por qué está el problema (a su criterio); porque o bien inclina al paciente a una negación indefinida (casi inevitablemente) o bien, en algunos casos, después del reniego del médico y de su dictamen, y de la represión de la enfermedad y la causa de ésta a nivel psicológico, el paciente tiende a aceptar y encaminar su conducta hacia ciertos parámetros que después de todo, conducen a la curación.

El psicoanálisis salvaje, es un arte no controlado aún, como su nombre lo dice, no ha sido domesticado por quien lo practica. Quien incurre en éste, sólo carece del conocimiento necesario, y por tanto (según Freud, y coincido) no debe ser considerado un criminal; si bien sus actos parecieran verdaderos ataque directos hacia lo que hoy en día, y en ese tiempo, se conocía como psicoanálisis; hacia su aplicación y método ya de por sí tan cuestionados. Sin embargo, este camino es el que parece tener que atravesar el psicoanálisis en su búsqueda de volverse doméstico, comprensible y practicable, ha avanzado, librando obstáculos, que le fortalecen y enriquecen. Con todo y por lo mientras, el psicoanálisis es un lujo que se adquiere, tras el reforzamiento de su conocimiento, y el ser psicoanalista sólo lo da el hecho puro y nato de domesticarlo para sí, y luego, para los demás.


Si esta ya dicho por Freud, es una verdad que como todo con el tiempo, se ha modificado, el Psicoanálisis comienza a ser menos salvaje, pero se cruzo la linea con demasiado ímpetu y se le domesticó en demasía, se vende ahora como un producto al mejor postor, parte de lo sublime en esta disciplina es la libertad con la que recorre de un lado a otro la psique del analista, y la psique del paciente; se le puso precio al arte, se le convirtió en un producto. Queda en los psicólogos con orientación psicoanalítica, y en todo aquel que se encuentre cautivado por este arte, volver a convertirlo en un servicio a disposición del cliente, y no en un producto que ha de pagar con elevado costo como si de un lujo se tratara.
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