PADRES EDUCADORES, PADRES MALTRATADORES

Por
José Ma. Bautista B.

Padres educadores, padres maltratadores.

La educación es un proceso complejo, no sólo porque involucra distintos agentes, sino por tratarse de un elemento fundamental en la formación y constitución de los individuos y que también tiene impacto sobre la estructuración del sujeto por todos los nutrimentos simbólicos y constitutivos de la cultura que transmite.

Los espacios educativos, como nichos de su posibilidad prioritaria, representan la cuna desde donde esas transmisiones tendrán la amplitud y herramientas que deberán ser necesarias para su correcto decurso. No sólo hablando de los aspectos didácticos y pedagógicos, sino también por los agentes mismos implicados; maestros, autoridades educativas, compañeros de escuela, espacios de recreación y juego y también, en niveles más avanzados, de las oportunidades de crecimiento personal, profesional y técnico.

La educación

La educación es también el lugar desde donde se conjugan otros escenarios que desde el exterior de estos centros formadores impactan de forma igualmente importante para posibilitarla, porque influyen y confluyen con ellos de manera significativa; estamos hablando de los hogares y las familias de los estudiantes, las políticas mismas sobre educación, la infraestructura y economía de cada demarcación política y el contexto mismo aledaño a las escuelas.

padres

Todos estos factores se conjugan de manera compleja y cada uno cobra un lugar dentro de la trama formadora y educadora, incluso dentro del proceso mismo de enseñanza y aprendizaje, que sin lugar a dudas en las etapas más primordiales de la vida del ser humano cobra un lugar sustancial en esa constitución en los distintos planos de estructuración, desde la inscripción a los resortes de la cultura y la sociedad, hasta los mismos procesos de pensamiento y construcción de una identidad, facilitando herramientas para enfrentar y asumir un papel como sujeto, ciudadano e individuo.

Sin embargo, no resulta tan difícil distinguir que se ha generado, desde hace ya un tiempo, una distancia importante entre los espacios educativos y los hogares y familias de las que provienen los estudiantes que los habitan, una suerte de divorcio sobre el proceso formativo de los estudiantes en donde los responsables de estos cada vez han cobrado mayor distancia y desconocimiento sobre cómo es que realmente están aprendiendo esos niños y cuáles son verdaderamente las condiciones en que se encuentran de dicho proceso.

Sobre la crianza

Esto probablemente efecto de los cambios importantes que han tenido los modelos supuestos sobre la crianza y los estilos de vida saturados del consumismo, y modernidad de las familias neoliberales, que en sí mismas ya no están sosteniendo ni transmitiendo ninguna clase de valores culturales y sobre la familia, donde la procreación se convierte en un elemento ideal y muchas veces como disciplina olímpica en donde tener un hijo se convierte en una parte más de un proyecto de vida que en realidad convierte a los hijos en bonitos complementos de supuestos esquemas de familias con padres que se asumen al reto, siempre fracasado, de criar mientras van al trabajo, al gimnasio, al club, a las reuniones de trabajo y negocios y a todo motivo de convivencia social que permita demostrar esas capacidades atléticas carentes de creación de vínculos y responsabilidad con esos infantes.

crianza

El efecto en los niños y niñas

Familias de padres que ya no tienen un compromiso real con la formación de sus hijos y a los cuales los vuelven el producto de sus narcisismos e ideales y a quienes obligan a cumplir de manera rigurosa: niños con horarios de trabajo de 8 horas, asistiendo a deportes, cursos, actividades musicales, todas pareciendo más bien recursos de entretenimiento más que formadores. Una progresiva desvinculación sobre la vida misma del infante, una progresiva degradación de los elementos constitutivos de la estructuración de su psiquismo e individualidad por efecto de las distintas fracturas que se tienen en estos esquemas narcisistas de padres que no lo son y de familias que no logran cohesionar como tales.

niñez

No resulta, a raíz de estas consideraciones, tan osado afirmar que se trata de una formula que irremediablemente proyecta una verdadera complicación si hablamos que ante situaciones como las actuales, que requieren del trabajo y educación en casa, lo que pueda resultar de ello sean escenarios de profundo malestar e incluso de agresión y violencia precisamente porque no solamente los niños se llegan a ver atrapados en esas casas no siempre reconocidas como hogares (ya que muchas veces la escuela se convierte en esto), sino que también los padres de pronto descubren que efectivamente tienen un hijo y efectivamente está vivo y requiere atención de ellos.

Padres educadores, padres maltratadores

Ante tal escenario, los padres cobran una determinada consciencia sobre el papel que tiene su lugar en la educación de sus hijos, no sólo en los valores no transmitidos y que ellos mismos ya perdieron, sino también en la falta de involucramiento que han tenido sobre los contenidos educativos que ahora ellos deben trasmitir. Generaciones enteras comienzan a pesarles en los hombros porque reflejan las grietas del sistema educativo del que ellos mismos han sido producto, pero también comienzan a ver el reflejo de su propia irresponsabilidad no sólo como padres, sino como sujetos que no han tomado realmente las riendas de su propia vida y de la que, al ver el fracaso de su supuesta vida “normal” y de sus intentos maratónicos por ser ejemplares, comienzan a derrumbar también los resortes de la
vida del niño que se ve envuelto en estas disputas y frustraciones que proyectan sobre ellos.

padres maltratadores

Hijos que también descubren, sin ser conscientes de ello, sus propios síntomas ante la falta de interés por su formación y la manera en que, complacientes de sus padres, manifiestan también el conjunto de fisuras de las que también son actores. Una formula que detona en escenarios de maltrato, con padres que no solamente no han podido serlo, que no tuvieron a ese hijo efecto de su deseo, sino efecto de su calendario y agendas, padres que definitivamente tampoco pueden ser educadores, con hijos que igualmente llegan a adoptar esos mecanismos de irresponsabilidad, que son el reflejo de lo que ellos mismos no han querido ver.

Comentarios
Compartir

Sobre el Autor: FerAl65