DEPRESIÓN INVERNAL

Por. Cinthya Trejo

¿Alguna vez te has sentido “triste” en esta época navideña? ¿Te sientes irritable o sin ganas de hacer actividades comunes?

Durante esta temporada invernal muchas personas suelen pasar por un proceso complejo que va más allá de un momento de tristeza, y en ocasiones se desconoce el porqué de este cambio.

Este trastorno se definió como trastorno afectivo estacional el cual fue definido así en la década de los 80 por la Asociación Americana de Psiquiatría, y precisamente se da más frecuentemente en el invierno. 2 de cada 100 personas y tiene más ocurrencia en invierno debido a la disminución de luz solar.

La depresión invernal como tal se diagnostica si una persona padece síntomas de depresión mayor por dos años consecutivos durante el otoño o el invierno, y que estos síntomas mejoren o desaparezcan durante la primavera o el verano, síntomas que le impide a la persona seguir con su rutina normal y disfrutar su vida.  Hay que tener en cuenta que los síntomas de una depresión mayor también pueden estar relacionados con otras cosas, como mayor estrés en el trabajo, problemas de dinero o con la pareja, etc. y la depresión Invernal ocurre específicamente por la estación del año, es decir por el invierno así que las demás situaciones no suelen estar relacionadas, las personas con esta sintomatología  pueden presentar cambios en su apetito, más ganas de dormir y menos motivación para realizar actividades al aire libre.

Como lo mencionamos anteriormente diversos estudios realizados sobre el tema afirman como lo mencionamos anteriormente que este trastorno puede relacionarse con la disminución de la luz solar durante el invierno debido a que el ritmo circadiano (el ciclo sueño–vigilia) está regulado por relojes biológicos internos, entre ellos, las células de la retina que transmiten los cambios de la intensidad de la luz hacia una parte del cerebro, que controla varios de estos relojes. Así, la luz activa una serie de circuitos neuronales relacionados con la producción de la serotonina y la melatonina. De esta forma, cuando disminuye la emisión solar, los niveles de serotonina (asociada a la depresión) son menores.

También se habla de otros factores que pueden hacer más probable el trastorno afectivo estacional (TAE) abarcan: La temperatura corporal, los genes y las hormonas.

En México, en esta época del año los días duran aproximadamente once horas, y la incidencia por este trastorno es mucho menor que en Europa donde el día dura 7 horas.



Entre los síntomas que se pueden presentan se encuentran los siguientes: tristeza profunda y ansiedad, pesimismo, sentimientos de culpa o impotencia, irritabilidad y desasosiego, pérdida de interés en actividades que antes solía disfrutar, aislamiento social, cansancio y disminución de energía, dificultad para concentrarse y recordar detalles, cambios de peso, insomnio en unos casos y exceso de somnolencia en otros, y pensamientos suicidas en algunos casos.

Es importante hacer caso a la sintomatología y al periodo en que se presenta ya que ayudará diferenciar entre depresión y tristeza o nostalgia. La sensación de tristeza que regularmente se da en la época navideña es muy distinta a un trastorno, se trata más bien de un estado de ánimo.

Esta tristeza se asocia a los procesos de cierre de los ciclos de vidatérmino de un año donde las personas reflexionan sobre lo que han logrado, sus metas alcanzadas, logros y pérdidas. El 44 por ciento de la población padece síntomas de ansiedad, depresión o tristeza en Navidad, especialmente aquellas que han perdido a un ser querido, que están afrontando un proceso de separación o que tienen problemas económicos.

La mayoría de personas que presentan este trastorno tienden a sentirse incomprendidos por parte de sus familiares y amigos, quienes suelen desconocer que los síntomas de las personas con trastornos del estado de ánimo se agravan durante las fiestas navideñas.

Si al llegar las fiestas sientes apatía, no tienes ganas de hacer nada, te sientes obligado a estar de buen humor puede ser el inicio de un proceso depresivo o en menor medida sólo sentimientos de tristeza que podemos intentar manejar  por nuestra cuenta. Si se sospecha de una depresión como tal es importante buscar ayuda profesional y no restarle importancia.

Si detectas que sólo es un estado de ánimo pasajero y no un trastorno las recomendaciones siguientes podrían funcionar para sentirse mejor:

  1.  Organízate con tiempo, organizar los eventos puede ser otra especie de celebración o acontecimiento para disfrutar en familia. No importa que todo este perfecto si no pasar tiempo de calidad.
  2. Dedícate tiempo a ti mismo/a.La navidad también puede ser buen momento para ti, para mimarte, para hacer algo que te haga ilusión.
  3.  Analiza tus pensamientos y modifícalos por otros más objetivos si es necesario. No es obligatorio estar feliz en Navidad y que está época elimina o soluciona los conflictos, lo cierto es que a pesar de ellos podemos estar con las personas queridas con un estado de ánimo saludable para ti mismo.
  4.   Busca compañía y permítete ser activo Un simple paseo al aire libre te ayudará con tu estado de ánimo.
  5. Cuando un ser querido no está,es normal echarle de menos y sentirnos tristes siempre que nos permita seguir con nuestras actividades.

Sin embargo si el malestar persiste o es demasiado intenso, lo aconsejable es consultar con un especialista para hacer un diagnóstico adecuado y recordar que independientemente de la fecha cuidar nuestra salud emocional es de suma importancia.


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CRISIS E INTERVENCIÓN EN CRISIS

 

(Primeros auxilios Psicologicos)

Por Cinthya Trejo Z. y Fernando Arrieta L.
 
Para conceptuar este término pudiéramos definirlo como un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente por una incapacidad del sujeto para manejar situaciones particulares, con la imposibilidad de utilizar métodos acostumbrados para la solución de problemas, y obtener un resultado radicalmente positivo o negativo.
Una persona que atraviesa por un estado de crisis se encuentra en una etapa radicalmente importante para poder o no continuar el curso de su vida. No importa qué tipo de crisis sea, el evento es emocionalmente significativo e implica un cambio radical en su vida. El individuo enfrenta un problema ante el cual sus recursos de adaptación (funcionales previamente o no), así como sus mecanismos de defensa usuales no funcionan o no son suficientes. El problema rebasa sus capacidades de resolución y por lo mismo se encuentra en franco desequilibrio. Como resultado de todo esto la persona experimenta una mayor tensión y ansiedad, lo cual la inhabilita aún más para encontrar una solución, generando una suerte de ciclo en el cual la persona inmersa es abrumada cada vez más.
Las crisis generalmente se producen por el surgimiento de dificultades en la propia evolución de la familia, del trabajo, de la pareja, de los amigos, o de la comunidad del individuo, las que implican trabas en la reorganización de las pautas personales frente a cambios en equilibro que existente o no, era percibido como tal por el sujeto.
La intervención llevada a cabo por los profesionales de la Salud Mental, puede ofrecer una ayuda inmediata para aquellas personas que atraviesan por una crisis y necesitan restablecer su equilibrio emocional. La intervención terapéutica resulta tan atingente como la de un paramédico cuando procede a proporcionar soporte de vida a un herido de gravedad.
Los métodos por los cuales se auxilian a las víctimas de una crisis a lograr su recuperación son conocidos genéricamente como técnicas de intervención en crisis, y generalmente se enmarcan hacia uno de los grandes grupos de intervención psicológica, Cognitivo Conductual, Humanista, Gestalt y más recientemente la Terapia Racional Emotiva, todas tienen en común un par de propósitos esenciales:
a) Restablecer la capacidad del individuo para afrontar las situaciones de estrés en las que se encuentra.
b) Proveer asistencia a estos individuos para reordenar y reorganizar su mundo social destruido.
¿Cuáles podrían ser los principios de una intervención en crisis?
  • Oportunidad: La terapia breve de urgencia con tiempo limitado, es el tratamiento que se elige en situaciones de crisis; el proceso de ayuda para que las personas puedan recuperar el equilibrio después del incidente puede tomar en promedio de 1 a 6 semanas. Puesto que la experiencia de crisis es un periodo de alto riesgo tanto para la persona como para su familia, se requiere que la ayuda esté disponible de modo inmediato y en una ubicación de fácil acceso. El énfasis en la oportunidad se calcula para reducir el peligro y, al mismo tiempo, para capitalizar la motivación del paciente para hallar un nuevo planteamiento para enfrentarse con las circunstancias de la vida.
  • Metas: Ayudar a la persona a recuperar un nivel de funcionamiento equilibrado que tenía antes del incidente que precipitó la crisis o potencialmente creativo que le permita superar el momento crítico.
  • Valoración: Es importante que la valoración abarque tanto la fortaleza como la debilidad de cada una de los sistemas implicados en la crisis. La información acerca de qué está vulnerable en la vida de una persona se complementa con la información acerca de qué es aún funcional. Las fuerzas y recursos sociales pueden y deben utilizarse para ayudar a una persona a arreglárselas con la crisis. (En este acápite se hace imprescindible tener en cuenta el Perfil CASIC: Conductual, Afectiva, Somática, Interpersonal y Cognitiva)

Existen otros enfoques útiles para el abordaje del trauma y  las crisis emocionales con distintos matices, por ejemplo: los primeros auxilios emocionales y la psicoterapia breve, intensiva y de urgencia.
INTERVENCIÓN EN CRISIS: PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS

Los cinco componentes de los primeros auxilios emocionales, se enlistan a continuación:

  1. Realización del contacto psicológico: Se define este primer contacto como empatía o «sintonización» con los sentimientos de una persona durante una crisis. La tarea primaria es escuchar cómo la persona en crisis visualiza la situación y se comunica cualquiera que sea el entendimiento que surja. Así mismo, se debe invitar a la persona a hablar, escuchar con atención lo que paso y la reacción de la persona ante el acontecimiento es importante, establecer lineamientos reflexivos, y así cuando los sentimientos están presentes de manera obvia desarrollar un breve perfil del usuario, de su situación y de como la percibe. Existen varios objetivos para la realización del primer contacto psicológico, el primero es que la persona sienta que la escuchan, aceptan, entienden y apoyan, lo que a su vez conduce a una disminución en la intensidad de la ansiedad; el contacto psicológico sirve para reducir el dolor de estar solo durante una crisis, pero en realidad se dirige a algo más que esto.
  2. Analizar las dimensiones del problema: La indagación se enfoca a tres áreas: pasado inmediato, presente y futuro inmediato. El pasado inmediato remite a los acontecimientos que condujeron al estado de crisis. La indagación acerca de la situación presente implica las preguntas de «quién, qué, dónde, cuándo, cómo»; se requiere saber quién está implicado, qué pasó, cuando, etc. El futuro inmediato se enfoca hacia cuáles son las eventuales dificultades para la persona.
  3. Sondear las posibles soluciones: Se refiere a identificación de un rango de soluciones alternativas tanto para las necesidades inmediatas como para las que pueden dejarse para después, identificadas de manera previa, se debe indagar sobre las soluciones propuestas por el usuario, sean factibles o no y poco a poco sugerir alternativas. Se lleva a la persona en crisis a generar alternativas, seguidas de otras posibilidades. Una segunda cuestión es la importancia de analizar los obstáculos para la ejecución de un plan en particular, hacérselo ver como ajustes necesarios al usuario y no como la razón de claudicar.
  4. Asistir en la ejecución de pasos concretos: Involucra ayudar a la persona a ejecutar alguna acción concreta, el objetivo es en realidad muy limitado: no es más que dar el mejor paso próximo, dada la situación. El interventor tomará una actitud facilitadora o directiva en la ayuda al paciente para tratar con la crisis.
Seguimientos para verificar el progreso. Implica el extraer información y establecer un procedimientoque permite el seguimiento para verificar el progreso. El seguimiento puede suceder mediante un encuentro cara a cara o por teléfono. El objetivo es ante todo completar el circuito de retroalimentación, o determinar si se lograron o no las metas de los primeros auxilios psicológicos: el suministro de apoyo, reducción de la mortalidad y cumplimiento del enlace con fuentes de apoyo, se manejan como el encuadre que ha de ser un seguimiento voluntario por parte del usuario, de aproximadamente 6 u 8 sesiones más.
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