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PSICOLOGÍA CRIMINAL O PSICOLOGÍA CRIMINOLÓGICA EN MÉXICO
Una perspectiva psicosocial del area de interes de esta disciplina
El delito en México es un problema multifactorial, que radica en principios básicos sociopolíticos, como la desigualdad, la corrupción y la impunidad de instituciones inadecuadas que no mantienen un Estado legal y jurídicamente funcional.
Pese a que se presentan pasos en la dirección adecuada pareciera insuficiente la existencia de escuelas Criminológicas y sus respectivas ramas, así como de una incipiente Psicología Criminal. Ya que estas sin una adecuada aplicación, ni adecuación académica y disciplinaria (como ciencias), resultan insuficientes. 
La situación actual de la criminalidad en México y los planteamientos con los que se ha “combatido” a través de la llamada guerra contra el narcotráfico, parecieran volver cas banales los avances en Psicología Criminológica en México, ya que la aplicación de peritajes, los modelos de intervención readaptativos, de prevención y los tratamientos como la rehabilitación, así como los estudios estadísticos quedan reducidos en efectividad ante una mala legislación, un marco jurídico corrupto y anticuado y un Estado que actualmente vive una crisis económica, política y social. No existe en otras palabras un respaldo lo suficientemente fuerte que enmarque el quehacer científico de estas disciplinas.
Si bien no es el problema principal la corrupción, si es uno de los más amplios, ya que esta abarca a los órganos destinados a impartir justicia y plantear las leyes, de los cuales afortunada o desafortunadamente depende la Criminología, y la Psicología Criminológica.
Es responsabilidad de los profesionales, los investigadores y todos los miembros del campo científico de la Psicología Criminológica el no decaer, en el planteamiento de modelos de intervención, en la búsqueda de nuevos y mejorados campos de aplicación que vuelvan cada vez, con mayores y mejores resultados, el sistema Jurídico penal, funcional y moderno, características que lo volverán no solo adecuado sino ideal para la situación criminológica que se vive hoy por hoy en el país. 
Y es responsabilidad de la ciudadanía, propugnar con mayor integración al ámbito sociopolítico del que forman parte, la mejora de las instituciones gubernamentales, y de los órganos dependientes que legislan y aplican la ley. Ser partícipes y creadores de nuevas estrategias que permitan una actividad coherente en contra de la criminalidad que se experimenta en México; y conjuntamente con los profesionales, investigadores y científicos de la Criminología y la Psicología Criminal, plantear soluciones alternas que se enfoquen en los tres campos primordiales del estudio del fenómeno del delito, el cómo se delinque, quién o quiénes delinquen, y por qué lo hacen, y así mismo plantear y estructurar una intervención científica y ciudadana que permita intervenir, tratar y prevenir el fenómeno.
El cambio es de fondo, las iniciativas se solicitan de un momento a otro pese a reconocer desafortunadamente años de insuficiencia gubernamental, y autoinsuficiencia ciudadana; pese a no ser una labor fácil, es una labor posible, realizable y sobre todo, necesaria.

El punto de encuentro en el que se cruzaron la Criminología y la Psicología, es posiblemente un hito dentro ambas áreas de conocimiento; si bien la historia de ambas ha estado entrelazada e incluso es semejante, es cuando se encuentran, a primera conformada como ciencia, y la segunda interesada (nuevamente quizá) en la Criminología y por ende en el fenómeno criminológico, cuando se presentan los mejores avances tripartitos, de cada una por separado y del producto de dicho encuentro, la Psicología Criminológica.

La Psicología Criminológica es una rama, neocientífica que realza la importancia de la personalidad del sujeto que delinque, así como los factores biopsicosociales que intervienen ya no solo en la personalidad sino en la comisión, el cómo, el quién y el por qué, del delito. Identificados están los aspectos psicológicos de la criminología, y los aspectos criminológicos de la psicología, diferenciados en el hombre antisocial delincuente, y en los aspectos de evaluación psicológica o peritajes, por ejemplo.
Pese a ello, y pese a reconocer el enorme avance y auge que han tenido en México estas ciencias, terminan por ser otros los factores que vuelven compleja su situación. La criminalidad en el país es un problema que se está volviendo cada vez más difícil de manejar, y las respuestas gubernamentales y de la ciudadanía parecieran no solo insuficientes sino débiles. Todo ello, aunado otros serios problemas sociopolíticos, han llevado a un punto decisivo en la Psicología Criminal, e incluso, en la Criminología; si bien su labor se ha visto dificultada e impedida, es el momento en el que como toda ciencia, se verán en la necesidad de seguir contribuyendo a la mejoría efectiva de una sociedad que reconocidamente se ha vuelto caótica. 
El objetivo no es fácil, el camino recorrido ha sido adecuado pero corto a la vez, los pasos largos y en la decisión correcta, los avances determinantes están por venir, somos una amplia variedad de sectores que participaremos en ellos, está en nuestras manos, que las acciones se vuelvan determinantes y definitivas en una dirección positiva.
Comparto tambien un breve ensayo realizado por Amalio Blanco, catedratico de la Universidad Autónoma de Madrid. El texto se titula La zona Gris: una aproximación psicosocial a la violencia. Y aparecio en el numero 1 del presente año de la revista Mente y Cerebro.

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