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TRATADO DE LA NATURALEZA HUMANA
HUME

Por Fernando Arrieta L.
David Hume, en esta parte de la obra parte del principio de las creencias, como percepciones asimiladas por la mente humana. Normalmente siempre que se pone en tela de juicio la demostración de algo es la intensidad o existencia de esta CREENCIA lo que nos obliga a defender lo que creemos y a ignorar  lo que no creemos.  

Aquí cabe destacar que las ideas que se han concebido conforme son reconsideradas e intentando afirmarlas pierden o aseguran su validez, es así que cierto pensamiento al ser sometido a nuevos y renovados juicios va a confirmar la creencia en él o lo va a desechar y desvanecer por completo. Además para Hume , lo más importante es la posibilidad de que por la creencia misma se añadan ideas y se conciban cosas que a partir de la primera representación, es decir que añadiendo una idea a otra, u otras, se cree en ello, cualquier cosa que se haya concebido.

La creencia es fundamental también para lograr la diferenciación del objeto, si añadimos los sentimientos, dicha creencia se verá afectada pero constituirá una forma elemental de la concepción de todo el entorno. Por eso es que una vez que se cree se basa el pensamiento en los sentimientos, la experiencia y demás y deja de depender de la voluntad; es de este modo que ejerce una gran influencia en las pasiones y la imaginación, dando como resultado por ejemplo que se crea que una cualidad pertenece a todo el conjunto de los objetos, o sea una creencia universal y que luego se busque diferenciar  estos objetos entre si, terminando con una creencia o concepción especifica.

Regresando al tema de los sentidos, las impresiones que estos tienen se dividen en tres géneros: figura, volumen, movimiento y solidez; colores, sabores, olores, sonidos, calor y frío, (los sentidos); y por último los dolores y placeres.

Por todo lo anterior, dice Hume, es que las creencias se ven encaminadas a ser  lo que son, únicamente basadas en lo que ya se ha aceptado y adquirido antes y en lo que, por ende, se cree. Esto es que sólo lo que se cree por experiencia o conocimiento real, es una creencia como tal, pero aún así los cambios o alteraciones del hecho en que se cree provocan percepciones incompletas, carentes de exactitud y mucho menos de principio.


De todo esto, e inevitablemente,  surge el escepticismo, que es la duda lógica de la misma creencia y la parte en la cual se cree en lo común (lo que nos dicta la creencia) pero no se puede dejar completamente de lado la “segunda” opción menos probable pero factible a fin de cuentas. De igual modo funciona el escepticismo dentro de los sentidos, y es contradictorio pero a la vez natural, dudar de nuestras propias percepciones por otras creencias contrarias, o por la duda probable y aquel porcentaje de improbabilidad y de error, la duda a fin de cuentas de que nuestros sentidos nos engañen.

Ahora Hume, habla acerca del alma; esa compleja y estructurada sustancia; que para el es sólo un compendio de percepciones reunidas en cada humano, pero que carecen de identidad alguna. Dichas percepciones son por ejemplo, el enojo, el dolor, la alegría, las sensaciones promovidas por los sentidos, y los pensamientos. Es decir que todo lo que puede conformar al alma, es sólo un conjunto sin naturaleza propia y en el mejor de los casos indefinida y por ende, sin identidad.    Esta conformación del alma de la que hemos hablado, es en principio según Descartes EL pensamiento, como tal se entendería que la posibilidad de pensar y formular por  lógica pensamientos realistas le da forma y estructura al alma; para Hume por ser cada pensamiento de una naturaleza distinta, seria como proponer que las percepciones particulares componen el alma, no pertenecen a ella, el caso es que regresando a lo que ya propuso anteriormente en este tratado Hume no puede evitar esta negación ya que los pensamientos ( que se supone conforman el alma) han de ser principalmente impresiones basadas en las percepciones razonadas que a su vez dependen como se ha dicho antes de las creencias que han ido formulando en mi opinión a la par de la conformación o la “identificación” del alma.
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LA CONTRACULTURA EN MÉXICO
Jose Agustín
Por Fernando Arrieta L. 
Este libro es un vivo retrato de lo que es la juventud hoy en día, además aborda temas que forman parte de la actualidad, de nuestro contexto histórico desde mediados del siglo pasado a la fecha. Dentro de todo lo que podemos llamar cultura, para José Agustín, es todo el entorno social, es decir como denominar cultura a la misma sección social que representan los “mexicanos” y sus subniveles; el caso es que no precisamente, al menos para mí, no por las razones que dicta en este libro, todos esos movimientos y manifestaciones debieran ser como tal una contracultura; porque únicamente sean como la negación a “lo Cultural” ya que ésto desde mi punto de vista no existe como tal, repito, en el sentido en el que lo aborda José Agustín.
Por lo demás los temas me parecen interesantísimos, todos y cada uno de los puntos que aborda y además como diferencia, delimita y define a los grupos de “socialización” que se dan y de los que hemos sido testigos, en la escuela, en los lugares de reunión, como bares y antros, e incluso en la misma cotidianidad, esas ramificaciones “culturales” son parte de nuestra percepción diaria.
Así es que regresando a mi tema del primer párrafo, tenemos que para José Agustín no existe una cultura, sino varias, y como tal se hablará de la contracultura repito, como ramificaciones lógicamente contrarias a todas y cada una de estas “culturas” lo que da lugar a lo que yo podría llamar “subculturas”, pero que a mi modo de ver y por consecuencia inevitable terminan siendo reflejos en distintos grados de intensidad de las “culturas principales”.
Es decir para culminar este tema, que para mi la contracultura abordada en este libro de excelsa manera por José Agustín está y estará (y por supuesto ha estado) tan estrechamente relacionada con todo el entorno cultural que como una consecuencia que se encuentra hacia donde se voltee la mirada, esta contracultura es un infortunado y conmovedor reflejo inconsciente e involuntario de la cultura dominante, como se ve y será así siempre, de Todo.
Aquí he de ser sincero, quisiera citar una diferenciación entre estas “subculturas” de las que hablo que me pareció interesante; aquí se le llaman culturas populares y/o alternativas, si se habla por decir de una cultura que no alcanza los términos de una cultura como la que todos denominamos así, es una sub-cultura; por otro lado hablando acerca de una cultura creada y formulada pero que aún obtiene como resultado inferioridad, hablamos de una cultura subalterna; una cultura que se mantiene al margen por decisión o necesidad propia de la cultura “dominante” es un ejemplo de cultura marginal. Hay dos ejemplos que son más de los que se habla en el libro y son primero la cultura “clandestina” esa que se va creando intempestivamente alejada de las miradas acusadoras y prejuiciosas de la sociedad como cultura, es la cultura “underground”. Y por último la que le da el titulo al libro, la que rechaza la cultura dominante pero se forja a su vez en las “ruinas” de las demás y por ende tiene características de los restos sobrantes de éstas, la cultura que se opone a la tendencia general es la Contracultura.
Esta última se da como resultado al cambio que exige la novedad antes de adaptarse del todo a la sociedad “culta”, es decir la revolución ideológica que busca inexcusablemente liberarse de las ataduras que le va dictando poco a poco la normativa social, se ataca la consciencia y la institución que son a la vez el armazón y las barreras de la “nueva Cultura”, ésta que al menos de principio se tiene que postular como Contracultura.
Por lo tanto tenemos que estas culturas de la juventud, son “colecciones” es decir son compendios de otras culturas unidireccionales pero individuales esto provoca que a su vez las culturas “hechizas o hibridas” tengan un sentido multidireccional pero constante a la vez, o al menos eso se pretende.
Por último, creo, y siguiendo la línea de expresar en estas palabras mi propio punto de vista, que a fin de cuentas todo, y el tema de este libro, se resume en las ideologías, encaminadas hacia esta liberación de los preceptos sociales que anhela cada miembro de la multiplicidad de la juventud. Lo importante aquí es que si cada joven analizara con esta ideología esperanzada del porvenir, todo su entorno el mundo, México, la escuela y cada joven seria mucho mejor ético-psico-emocionalmente, y el problema que le veo a esta contracultura no es la negación incluso que presenta a veces entre ella misma, o al menos no es el problema principal, no, su primer deficiencia es que las siguen los  jóvenes como se niegan a seguir la cultura “dominante” a ojos cerrados, con lo que tenemos como resultado los factores que se pretendían impedir.
Bueno como conclusión creo que esta contracultura es una cultura joven, y por ende, en pleno desarrollo, pero eso no le quita esencia; para mí, por experimentarla, es una cultura en la que cada miembro participante, activo e inactivo, persigue y comparte el ideal de las utopías heterogéneas de su mente y las utopías homogéneas del conjunto.
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