VIOLENCIA DE GÉNERO: FEMINICIDIOS

 

VIOLENCIA DE GÉNERO: FEMINICIDIOS

Por Cinthya Trejo Z.

Para comenzar aclararemos que el término feminicidio hace referencia a un tipo de homicidio específico en el que un varón asesina a una mujer joven o niña sólo por ser de sexo femenino. A diferencia de otros tipos de asesinato, los feminicidios algunas veces suelen ocurrir en el hogar como consecuencia de la violencia de género y también se categorizan dentro de los crímenes de odio.

Este término está en disputa ya hay quien afirma que incluye cualquier asesinato cuya víctima sea una mujer, independientemente del género de quien lo cometa o de cuáles sean sus motivaciones.

Sin embargo, realmente es la manifestación más extrema del abuso y la violencia de hombres hacia mujeres y se produce como consecuencia de cualquier tipo de violencia de género, como pueden ser las agresiones físicas, la violación, la maternidad forzada o la mutilación genital y por tanto es importante identificar lo como un problema social a resolver y dar prioridad.


 

Entre los tipos de feminicidio se distinguen dos categorías principales, el feminicidio íntimo, que es cometido por una persona con la cual la víctima tenia o había tenido una relación sentimental (esposo, exesposos, novios, amantes, etc.) y el feminicidio no íntimo, que es cometido por una persona o un grupo de personas que no ha tenido ninguna relación sentimental con la víctima, ni se encuentran unido a la misma por un vinculo de parentesco.




Sin embargo, también se subclasifican en los tipos que ahora mencionaremos:

Feminicidio infantil:  Es el cometido en contra de una menor de 14 años por un adulto en su condición de tutor/cuidador, en situaciones de confianza, responsabilidad o de poder que ejerce sobre la minoría de edad de la víctima.

Feminicidio familiar: Es el crimen cometido en el seno familiar, es decir donde existe parentesco entre el asesino y la víctima ya sea por afinidad, consanguinidad o situación de adopción.

Feminicidio por conexión: En este tipo de feminicidio la mujer es asesinada en el escenario donde se le da muerte a otra mujer pudiendo ser esta amiga, pariente o por encontrarse en el lugar de los hechos al momento.

Feminicidio por prostitución: Es el asesinato de una mujer que ejerce la prostitución. Este se comete por uno o mas hombres generalmente motivados por la misoginia hacia las mujeres que ejercen dicho oficio y muchas de las veces justificándolos diciendo que la víctima “se lo buscó”  cargando dichos asesinatos de odio y estigmatización social.

Feminicidio por trata: Se entiende por trata a la captura, transporte y recepción de mujeres y niñas recurriendo a la fuerza: secuestros, raptos, abuso de poder u obtención de beneficios con el fin de obtener el permiso o el consentimiento de las víctimas para explotarlas sexualmente la mayoría de las veces, en otras para insertarlas a trabajos forzados, esclavitud, prostitución, servidumbre y algunas veces para el negocio de tráfico de órganos.

Feminicidio por tráfico: La ONU señala como tráfico a la entrada ilegal de una persona en un país donde no es nacional ni residente permanente, se da cuando asesinan a mujeres introducidas en un país en dichas condiciones y con las cuales se han obtenido beneficios materiales o financieros antes de darles muerte.

Feminicidio transfóbico: La víctima de este tipo de feminicidios es asesinada a causa del odio y del rechazo por su condición de mujer transexual

Feminicidio lesbofobico: Se le da muerte a la mujer victima de este feminicidio por el rechazo y el odio que su orientación sexual causa entre sus agresores.

Feminicidio racista: Cuando una mujer es asesinada por el odio o rechazo a su etnia o por sus rasgos fenotípicos.

Feminicidio por mutilación genital femenina: La Organización Mundial de la Salud (OMS) define mutilación genital femenina como la extirpación parcial o total de los órganos genitales femeninos externos, así como también a cualquier otra lesión no medica causada a estos. Existen varios tipos de mutilación genital femenina: Clitoridectomía (extirpación parcial o total del clítoris). Excisión (mutilación total o parcial del clítoris y los labios menores) Infibulación (estrechamiento de la abertura vaginal y la reubicación de los labios menores). Si la niña o mujer muere durante uno de estos procedimientos se considera como un feminicidio por mutilación genital femenina.

Feminicidio como crimen internacional: Es un término utilizado dentro del Derecho Internacional y es responsabilidad y jurisdicción del estado en donde se cometen feminicidios como genocidios y feminicidios como crimen de guerra.

Feminicidio sexual sistémico: Es cuando las mujeres son raptadas, violadas, torturadas y asesinadas por hombres y en el cual arrojan sus cuerpos semidesnudos en bosques, fosas comunes, terrenos baldíos, vías de tren, etc.

Feminicidio sexual sistémico organizado: Al igual que en el anterior, las niñas y mujeres son violadas y torturadas antes de ser asesinadas pero se diferencian en el tratamiento del cadáver ya que, estos no son abandonados como en el feminicidio sexual sistémico.

Feminicidio sexual sistémico desorganizado: En este, la violación y tortura no necesariamente esta presente antes del asesinato de las niñas o mujeres, pero sus cuerpos si son abandonados en hoteles o en el interior de sus domicilios.

En muchos casos los agresores habían sido antes denunciados e incluso algunos de ellos estaban con medidas precautorias de no acercarse a la mujer y, sin embargo, llegan a cometer ese delito casi quedando en impunidad explicó Nieves Rico, directora de la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Fue en 2007, con la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, cuando se definió por primera vez la violencia feminicida, que se encuentra penada con entre 20 y 60 años de cárcel, que se agravan si entre el asesino y la víctima existió una relación sentimental, afectiva, de parentesco, laboral o docente, sin embargo, en México son asesinadas 6 mujeres cada día.

La violencia ejercida contra la mujer es un problema que obedece a estructuras jerárquicas patriarcales que reproducen una cultura donde las mujeres son vistas como objetos desechables y maltratables.

Cuando se nombra la palabra feminicidio; hablamos de un fenómeno visibilizado durante milenios, de un hecho normalizado desde los inicios de la sociedad humana global. El asesinato de las mujeres por el hecho de ser mujeres cometido por hombres, la definición más básica y que debería aparecer en los diccionarios; es tan difícil de comprender y de asimilarse socialmente que nos vemos en la necesidad fáctica de situarlo en el centro mismo de la barbarie.

El asesinato de las mujeres no se distingue entre países del norte o del sur, ni clases sociales, ni origen étnico. Si no es cuyo impacto planetario se manifiesta con sus particularidades en cada sociedad y que aún hoy, en ciertos contextos, intenta ser silenciada y desmantelada por el discurso dominante: patriarcal, androcéntrico y misógino.

Es claro que la cultura machista en la que vivimos fomenta y hace invisible este tipo de situaciones de violencia, ya que se comienza a ver como una normalidad que existan este tipo de atrocidades, la percepción de ello se hace hábito para un país donde las conductas violentas y la desigualdad de género es lo normal.

Habría entonces que trabajar en una educación emocional que fomente la igualdad, una educación donde los niños aprendan a verse como iguales independientemente del género y donde sus padres y familia sean un núcleo donde existan emociones positivas, conductas de igualdad, relaciones no violentas desde padres e hijos y así poder formar una sociedad donde lo aprendido muestre que lo normal es tratar a cualquier humano de manera respetuosa.

Los estragos psicológicos de las víctimas de la violencia de género, de sus familias y de la sociedad hacen urgente que se modifique la mentalidad de toda una sociedad iniciando ya mismo


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Feminista, no «feminazi»

Por Fernando Arrieta L.
     Antes de continuar, deseo aclarar que no existe algo tal como el «feminazismo». Por si mismo cualquier movimiento que se oponga o busque un cambio respecto al status quo, será contemplado por la mayoría establecida como «radical» o hasta «ridículo». Por ende el llamar a ciertas personas afines al movimiento feminista como «feminazis» no hace más que establecer lo estratificado que está en la sociedad el machismo, ya que cualquier comportamiento alterno se tacha de exagerado, en este caso en específico comparándolo con el nazismo. De hecho, el llamar algunos comportamientos o argumentos como «feminazis» también incurre en la falla de catalogarle e incluso intentar rebatirle por un supuesto trasfondo y no por su validez.
      Hace tiempo, los movimientos de oposición contra el franquismo, contra el apartheid, en pro de los derechos de los afroamericanos, fueron todos rechazados y menospreciados, criticados y mas de uno calificado de socialista, aunque nunca Nazi (eso es nuevo, pero carece tanto o más de fundamento).
Sin embargo, el paso de los años en la consciencia social les permitió crecer y ocupar un lugar dentro de los cambios importantes y radicales del siglo XX a nivel sociocultural. 
Entonces Feminista.
     El movimiento feminista surge como una búsqueda de equidad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres, expresando sintéticamente que el camino para ellos es nivelar «hacia arriba» la situación de las mujeres. No es lo opuesto al machismo, aunque si le toma de referencia.
     Lo masculino, en la mayoría de sociedades occidentales (caben aclarar las diferencias culturales con ciertas costumbres orientales), ha sido estructurado por el machismo, es decir se identifica al hombre con la figura masculina, a dicha figura masculina con la posición que debe cumplir, y a esta posición con los estándares más o menos radicales, de lo que se identifica como «ser un buen hombre». Según dicha premisa el hombre es fuerte, debe proveer, servir a su nación, etc. SI EL MACHISMO AFECTA TAMBIEN A LOS HOMBRES. Pero evitar esto, no es la intención principal del movimiento feminista.
Y es porque dichas afectaciones, sin menospreciarlas, parecen pocas cuando se compara con lo que dicha estructura ha hecho con «el otro», con las mujeres, cómo y dónde ha dejado a aquello que es lo NO-MASCULINO, queda olvidado en oportunidades y muchas veces es menospreciado, subestimado y oprimido. Lo no masculino, por extensión, lo femenino, se ve como algo que ha de ser «regulado», siguiendo la premisa del dictamen, aquello que se reconoce como «ser una buena mujer», también por el comportamiento esperado. 

 

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      La posición no masculina se percibe tradicionalmente como débil, emocional, con un papel fijo como mera cuidadora y proveedora de placer, como objeto de intercambio.
EL MACHISMO AFECTA A LAS MUJERES MAYORMENTE. Evitar esto, es la intención principal del movimiento feminista, quitando la etiqueta de lo otro, y permitiendo dejarlo a la par de lo masculino, sin que nada ni nadie dictamine qué es y cómo se debe comportar.
 
      Al final la posición de lo masculino, si bien se ve mermada por el status quo machista (no siempre patriarcal ni heterosexual, aunque en su mayoría lo sea), es menos abrumadora, ya que permite mayor libertad de acción, lo que es masculino es dictado para los hombres e incluye una gran cantidad de opciones y conductas que le permitirán sentirse de una u otra forma parte de ese grupo y parte de esa estructura -realizar servicio militar, vestir pantalón o ser proveedor- no le pone en riesgo latente siempre. Sin embargo, basta observar como es catalogado en muchas ocasiones un hombre femenino o incluso homosexual, rompe esa posición que «se espera de él». Y la libertad de comportamiento se convierte en francas limitaciones de todo lo que «no debería hacer». 
       Esto último se corresponde a lo que sucede con la posición de lo femenino o lo no-masculino. Es abrumadora, limita en demasía la capacidad de acción y no se basa en normas sino en limitaciones e impedimentos, cosifica a la persona, viéndola como un mero objeto de intercambio muchas veces, y menosprecia las capacidades y acciones siempre que «salen de lo esperado», e incluso en ocasiones aunque se ajusten al estándar, son criticadas. Es una representación genérica de todo aquello que la mujer no debería de ser,  o que incluso no debería dejar de ser. Por ejemplo, la idea de que la mujer es un objeto de intercambio que cursa a la deriva entre la procreación y la satisfacción de y para lo masculino, y que incluso cuando busca y/o consigue su propia satisfacción personal, social o sexual, lo hará de manera descontrolada, frívola e histérica. En muchas ocasiones tiende a ser violentado «solo por ser…» y es la principal victima (por mucho) de la violencia de género.
 
       El machismo no solo limita, sino que cataloga, demerita y menosprecia todo aquello que sale del comportamiento no-masculino esperado. A eso que se le llama machista, es una cultura opresora. Como en su momento lo fue la segregación, la cual curiosamente era legal bajo el lema «separate but equal». Si la lucha de Martin Luther King no era Nazi, no lo será tampoco la búsqueda de equidad y justicia del movimiento feminista.
        El feminismo busca darle validez a los comportamientos femeninos, desmarcarlos de ser únicamente lo opuesto a lo masculino. El feminismo busca darle identidad jurídica, social, empresarial, sexual, personal y psicológica a la mujer no como el otro, no como aquello que no es masculino, sino como aquello femenino que conforma un todo junto con lo masculino.
No hay enemigos.
      El feminismo no es lo opuesto al machismo, si, es necesario reiterarlo, y no es anti-masculino, ni mucho menos esta contra los hombres. Y cabe aclarar que como no menciona directamente en ninguno de sus postulados la superioridad de algún género sobre el otro, ni intenta aniquilar algún tipo específico de raza o sexo, insisto, la comparación con el nazismo, sobra y estremece.
      El feminismo encuentra cabida incluso en la educación que reciben hombres de mujeres, que han crecido acostumbradas al status quo mencionado. Es evidente que encuentra su principal foco de alarma, en los comportamientos e influencias de los hombres, hacia otros hombres o hacia las mujeres que intentan delimitar y si es necesario, cortar de tajo cualquier intento de romper con la estructura social establecida. El feminismo va en oposición a lo que ha estado funcionando, porque ha funcionado mal. Y porque sigue afectando y mermando en una sociedad que ha dejado de madurar en ese aspecto.

     No, los hombres en general no tienen miedo a que cambie el machismo, al menos no en general, aunque mas de uno pugne por no perder derechos, cualquier hombre que se tome el tiempo de entender  la raíz del movimiento notará que nadie le quiere quitar nada, y de hecho lo saben, solo  lo quieren compartir unos y a otros les da miedo perderlo. Sin embargo, los hombres, y la sociedad en general, tiene miedo al cambio y a reconocer nuestra parte de responsabilidad con lo que ha estado mal. Y eso fomenta que las personas «huyan» de la ideología feminista, vamos, de cualquier ideología diferente: ecológica, revolucionaria, postmoderna o tecnológica, en la mayoría de las situaciones.
      Para el feminismo no hay enemigos declarados. Ni está en contra de nadie. Pero si le han hecho daño. Las ideologías radicales que como en cualquier movimiento que se oponga al sistema suelen surgir, y que le hacen parecer una mera oposición, un movimiento trasgresor, sobre todo para el ojo poco crítico, la perdida de la intención real del movimiento, los contragolpes marcados que «malentendiendo» una lucha de sexos ha llegado a realizar el machismo, la falta de garantías sociales y legales que permiten crímenes de odio nuevamente hacia mujeres que luchan y hombres también. (Nuevamente nos atenemos al ejemplo de M.L King).
 
Ser feminista.
     No es levantar un eslogan de quien es mejor ni quien merece más. Es defender la idea de qué merecemos equitativamente, y que la sociedad ha de madurar, no dejando atrás a nadie, no violentando a nadie, no permeando la idea de que «no pasa nada» y mucho menos, las justificaciones burdas o falaces. Ser feminista también es cuidarte a ti mism@ y a los demás sin importar su género.
Feminista. Es permitir que obtenga identidad lo femenino, como algo que ha de ser protegido y dignificado, no por débil, sino porque forma parte integral de la diada, psicológica y social, al igual que lo masculino.
      El ser humano identifica posiciones masculinas y femeninas en sí mismo, en los demás, en la sociedad, en los estratos culturales, escuela, trabajo, vecindario, etc. En ocasiones se suelen confundir con las costumbres, en ocasiones son meras representaciones simbólicas de nuestras estructuras psíquicas, en ocasiones no las vemos y en ocasiones no las reconocemos. Tan solo no permitamos, hombres y mujeres, que dichas posiciones mermen la libertad, las capacidades, el bienestar y la vida, de nadie sea hombre o mujer.





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CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER

 

 

DIA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER
Compartimos con uds. esta información, que esperamos sea de ayuda. La problematica es más compleja, pero la información de parte de quien vive la violencia, y por qué no, de quien la ejerce, es la mejor herramienta que poseemos para poder erradicar esta práctica que merma la sociedad y la calidad de vida de sus miembros.  
CICLO DE LA VIOLENCIA.
El Ciclo de la violencia de género fue formulado por la antropóloga Leonor Walker en su libro “Las mujeres maltratadas” (1.979). Según su teoría, este ciclo comprende tres fases:
Fase 1ª. Acumulación de tensión: La tensión es el aumento de los conflictos en la pareja. El agresor se vuelve más susceptible, responde con más agresividad y hostilidad (aunque casi nunca  demuestra con violencia física) y encuentra motivos de conflictos en cada situación. La víctima trata de calmar la situación y evita hacer aquello que cree que disgusta a su pareja (pensando que podrá evitar la futura agresión). La tensión va aumentando y la irritabilidad del agresor también sin motivo comprensible para la víctima.  Esta fase se puede durar varios años.
Comportamientos comunes.
La víctima sorprendida intenta hablar con él para solucionar el problema, ver la causa, pero esto solo provoca más enfados en el hombre que la ve como excesivamente dependiente y empalagosa, para no molestarle, comienza entonces a no hacer nada, intenta no expresar su opinión porque sabe que él expresará la contraria y entonces habrá conflicto, también intenta hacer las menores cosas posibles, entra en una fase de inmovilidad, pero esto tampoco modifica nada, ya que el hombre la culpa de no hacer nada, de ser una persona anodina y aburrida.
Si la víctima se queja él lo niega todo y vuelca la culpabilidad en ella, y esa desigualdad que el hombre ha ido construyendo a lo largo de la relación es utilizada para callar a la pareja. La intenta convencer de que él tiene razón, que su percepción de la realidad de ella es equivocada, y como ya hemos dicho, la desigualdad creada permite al hombre este comportamiento.
Aquí es donde generalmente la víctima comienza dudando de su propia experiencia y se considera culpable de lo que pasa. Esto va a reforzar todavía más el comportamiento del agresor.
Él se distancia emocionalmente, la víctima se preocupa pensando que lo va a perder y que si esto ocurre será culpa de ella puesto que no ha sabido conservar su amor. La víctima incluso pide disculpas confiando en solucionar así la situación, pero el agresor siente necesidad de castigarla verbal, físicamente, o de ambas formas a la vez.
Fase 2ª. Estallido de la tensión o Explosión violenta: Es el resultado de la tensión acumulada en la 1ª Fase. Se pierde toda forma de comunicación y entendimiento, y la violencia, finalmente, explota dando lugar a la agresión. Aparecen las agresiones verbales, psicológicas, físicas, etc. Es, en esta fase, cuando se suelen denunciar las agresiones o cuando se solicita ayuda (al producirse en la víctima lo que se conoce como “crisis emergente”
Comportamientos comúnes
La víctima, que sólo intentaba salvar la relación, se ve ahora impotente y débil, la desigual balanza que se ha establecido a lo largo de los años la paraliza.
No toma represalias, todo el poder está en él, eso lo ha aprendido muy bien y la mujer entra en una “indefensión aprendida” que le impide reaccionar.

Fase 3. “Luna de miel” o Arrepentimiento: La tensión y la violencia desaparecen; el agresor se muestra arrepentido por lo que ha hecho, pide disculpas a la víctima y la colma de promesas de cambio.

Se le denomina “Luna de miel” porque el agresor vuelve a ser cariñoso y amable como al principio de la relación. A menudo, la víctima le concede otra oportunidad creyendo firmemente en sus promesas. Esta fase dificulta que la víctima ponga fin a esa relación porque, incluso sabiendo que las agresiones pueden repetirse, en este momento ve la “mejor cara” de su agresor y alimenta la esperanza de que podrá hacerle cambiar.
Comportamientos comúnes
La víctima  en esta situación se siente en éxtasis, tiene el poder y a su hombre detrás responsbilizándose y amándola. Él deja de ponerla tantas restricciones, se relaja un poco y la permite las salidas. Si bebía deja de beber, incluso puede ir a terapia.
La víctima al ver estos cambios piensa que no volverá a ocurrir, ya que equivocadamente la víctima   relaciona el maltrato (en un porcentaje muy alto) con factores externos como stress o ingestión de alcohol, problemas personales etc.  Sin pensar que generalmente él no maltrata a todo el mundo, sino sólo a ella.
La Etapa de “Luna de miel” o Arrepentimiento dará paso, nuevamente, a una nueva fase de “Acumulación de Tensión”. El ciclo (con las 3 fases) se repetirá varias veces y, poco a poco, la última fase se irá reduciendo y las agresiones serán cada vez más violentas. Tras varias repeticiones de este ciclo, la fase de “Arrepentimiento” llega a desaparecer, pasando de la “Acumulación de la tensión” al “Estallido” de manera inmediata.
Este ciclo explica cómo se produce la violencia física puesto que la psicológica no aparece de manera puntual, sino a lo largo de un proceso que pretende el sometimiento y control de la pareja.
 Una vez que ha conseguido el perdón de su víctima, se siente de nuevo seguro en la relación, ya la ha recuperado y no tiene que seguir complaciéndola, empieza de nuevo la irritabilidad y los abusos y cuando ella quiere ejercer su recién conseguido poder la castiga duramente.
Cada vez la mujer es más dependiente, cada vez tiene menos energía para luchar (Indefensión aprendida). Es el marido o pareja, y no ella, quien controla estos ciclos y el que decide cuando se acaba la Luna de Miel.
Ella empieza a darse cuenta de que haga lo que haga no puede controlar el comportamiento de su marido, los malos tratos son arbitrarios e indiscriminados. La víctima se comienza a sentir fatigada solo con energías para intentar mantenerse dentro de la relación o para que no se implique a los hijos.
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QUE HAY DETRAS DE LA VIOLENCIA DE PAREJA

Por Gabriela Rodriguez G.

Existen diversos factores que influyen y que favorecen la existencia de las conductas violentas en las relaciones de pareja. En México, se cree que el índice de violencia domestica es mucho mas alta que la violencia en el noviazgo, creencia que ha generado y ha sido la base para muchas investigaciones, una de ellas indica que el nivel de violencia que se vive en el matrimonio es mucho más alto que el que se vive dentro del noviazgo, lo cuál confirmaría dicha creencia y el hecho de que las conductas violentas aumentan gradualmente ¿pero que tan cierto es esto? Al realizar un estudio más minucioso, se encontró que la diferencia entre los actos violentos vividos dentro del matrimonio y el noviazgo en realidad no es tan grande, lo cuál nos orilla a preguntar ¿realmente la violencia aumenta, o tan solo se expresa de manera diferente y por lo tanto se percibe diferente?  Las personas contribuyen a restar  visibilidad a la violencia entre las y los jóvenes, al considerarla normal, frases como “si te pega te quiere”/“el amor es sufrir”/ “si no te cela no te quiere” /  “si sufres, se disfruta mas” ilustra la aceptación social de la violencia en el noviazgo, misma que la familia reproduce. Por tal razón es de suma importancia que las mujeres perciban la gravedad de la problemática durante el noviazgo, pues las interacciones pueden afectar su desarrollo personal y repercutir negativamente en su salud integral.
Por otro lado, se identificaron las actitudes que prevalecen en las mujeres, actitudes que  tienen función de identidad, utilitaria, de ajuste social y de expresión de valores. Esto indica que gran parte de las acciones de las mujeres que son víctimas de violencia son reflejo de consideraciones sociales e interpersonales que facilitan el ajuste social y no un reflejo real de lo que piensan y quieren en verdad. Además de que la mayoría de estas mujeres y/o sus parejas se desarrollaron en un ambiente violento, y cómo afirma la teoría, el hecho de que un niño se desarrolle en un ambiente familiar violento y sufra maltrato, aumenta las probabilidades de que en la vida adulta sea victima de violencia y/o agresor.
Es importante no dejar pasar  los indicadores y factores que se encuentran en las investigaciones, factores que sorprenden, pues no se espera que en la actualidad sigan existiendo pensamientos tan machistas y actitudes que favorecen y justifican la conducta violenta de los hombres hacia las mujeres. Entonces surge la pregunta: ¿Qué es lo que hace falta para que la mujer tome el papel que le corresponde dentro de la sociedad, su familia, la vida misma y deje de ser víctima de maltratos, violencia ó discriminación? Esta claro que la sociedad ha cambiado con el tiempo, que los movimientos feministas  son más marcados, la información ahora es mucho más amplia, los medios de comunicación se encargan de difundir dicha información para prevenir y erradicar la violencia, cada año se fundan instituciones encargadas de tratar estos temas y  el acceso a internet ahora es mucho más fácil, lo cual hace posible que la información sobre prevención, tratamiento e instituciones sea mucho más amplia. Por lo tanto debemos preguntarnos ¿Cuál será la razón de mayor importancia por la que a pesar de todo esto existan casos graves de violencia?  Considero que la violencia familiar y la violencia hacia la mujer no se erradicara si solo se trata a las personas que ya son víctimas en la edad adulta,  generalmente al escuchar “violencia familiar” o “violencia hacia la mujer” pensamos en mujeres de edad adulta, con una relación de pareja ya sea noviazgo o matrimonio, pero olvidamos que muchas de estas mujeres fueron victimas de violencia familiar, y de maltrato infantil y/o sus parejas lo fueron. Desde mi punto de vista hay que comenzar desde abajo, desde la infancia ¿A que me refiero con esto?, hay que comenzar a erradicar el maltrato infantil, que los niños dejen de vivir en un ambiente violento y se desarrollen en un ambiente sano para así asegurar que en la edad adulta serán mujeres y hombres que podrán manejar bien sus relaciones interpersonales.
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Psicólogos ofrecen a las autoridades un protocolo que en 55 pasos estima el riesgo de las víctimas de violencia de género
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Noticia publicad en lainformacion.com
El modelo esta propuesto para su aplicación porl el Colegio de Psicologos de Madrid


Nota. Cambiamos el titulo de «violencia machista» por «violencia de género» por parecernos mas adecuado.

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